La empresa BP retrasó hoy hasta el jueves a causa del "mal tiempo" su plan de destapar el pozo averiado en el Golfo de México para sacar un sistema de válvulas que ha sido reclamado en la investigación del accidente, informó Thad Allen, encargado de la respuesta del Gobierno de EEUU al vertido.

Una serie de "sistemas borrascosos de origen local" formados en torno al Río Misisipi han forzado a los ingenieros de BP a retrasar la operación para retirar el tapón de cemento del pozo, explicó Allen en una conferencia telefónica.

Los equipos de BP planeaban proceder hoy con su operación de destaponar del pozo, tres semanas después de haberlo sellado con lodo y cemento, logrando detener el flujo de petróleo que manaba al Golfo desde el 20 de abril.

Se trataba de extraer del pozo el sistema de prevención de derrames (BOP, por sus siglas en inglés), un conjunto de válvulas que el pasado 20 de abril debía haberse activado y que el Departamento de Justicia reclama ahora para su investigación sobre las causas del accidente de la plataforma petrolera operada por BP.

Según Allen, los ingenieros hicieron descender este fin de semana las herramientas necesarias para destapar el pozo, a 5.500 metros bajo la superficie, pero decidieron hoy actuar "con prudencia" al ver que el nivel del mar había subido casi dos metros debido a una borrasca.

"Estamos en un parón por mal tiempo. Tendremos que esperar unos dos o tres días para seguir con el plan", dijo Allen.

El almirante retirado reconoció que este retraso, el segundo en menos de dos semanas, obligará "necesariamente" a posponer también la operación de sellado final del pozo, prevista inicialmente para el próximo 7 de septiembre.

Allen subrayó que el retraso no sólo estará sujeto a las inclemencias del tiempo, sino también a "los márgenes de seguridad que haya que respetar según las condiciones del pozo", por lo que no quiso hablar de nuevas fechas límite para abandonar el manantial.

Una vez que los equipos procedan con el retirado del tapón, lo depositarán "temporalmente" en el fondo marino y desbloquearán el BOP para extraerlo, una tarea para la que están dispuestos a emplear "hasta 36 toneladas de fuerza".

Pero los equipos de BP pueden encontrarse entonces con un problema adicional: la existencia de un fragmento de tubería de casi un kilómetro de longitud que los ingenieros han tratado de retirar sin éxito y temen que pueda estar incrustado en el BOP.

Si la tubería impide extraer el BOP, los equipos abrirán manualmente las válvulas del mismo "para levantarlo y poder cortar la tubería en la boca del manantial", lo que supondría un nuevo retraso.

Allen considera poco probable que el pozo vuelva a liberar crudo al océano una vez que retiren el tapón, aunque aseguró que los equipos de BP "estarán preparados" para neutralizarlo si esto ocurre.

La extracción del BOP es el penúltimo paso para sellar y abandonar el pozo, un objetivo que los equipos esperaban lograr a mediados de septiembre.

Para ello, deberán reanudar las tareas de excavado de un conducto auxiliar situado a 15 metros de distancia de la base del pozo "Macondo" para taponarlo definitivamente, una operación que durará alrededor de una semana y cuya fecha de comienzo ha quedado en el aire con el cambio de calendario de hoy.