El líder libio, Muamar al Gadafi, dijo hoy que "en Libia las mujeres son más respetadas que en Occidente y en los Estados Unidos", durante la segunda charla sobre el Islam que ha pronunciado hoy en Roma ante 200 jóvenes convocadas por una agencia de modelos y azafatas de congresos.

Gadafi, de visita en Italia, manifestó que "en Occidente está permitido que las mujeres hagan trabajos que no van en consonancia con su físico" y ha puesto como ejemplo sectores como el minero o el ferroviario, y "eso en Libia no sería posible jamás", según explicó una de las asistentes y relatan los medios italianos.

El líder libio les dijo a las jóvenes que el islám es la última religión y subrayó que "si se necesita creer en una sola fe, ésta debe de ser la de Mahoma".

Gadafi, que hoy ordenó levantar una jaima en los jardines de la embajada libia en Roma, también impartió ayer, domingo, un seminario sobre el Corán a unas 500 jóvenes, a quienes dijo que el islám tiene que convertirse en la religión de Europa.

Algunas de las jóvenes, que recibieron de 70 a 100 euros por asistir a la conferencia, llegaron en cuatro autobuses a la Academia cultural de Libia tocadas con el "hiyab" (velo islámico) y vestidas con falda negra y camiseta blanca.

Al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que ayer no estuvo en Roma, los medios de comunicación italianos le atribuyen haber considerado el hecho como "puro folclore" y "por tanto, mejor no levantar polvareda", ante los intereses económicos que Italia tiene en Libia.

Los que sí han alzado la voz han sido los seguidores del ex socio de Berlusconi y presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, de la fundación "Farefuturo", que afirman que Italia "se ha convertido en la Disneylandia" de Gadafi, quien, "como paga, sus razones se convierten en las nuestras y su política en la nuestra".

El partido de oposición Italia de los Valores (IDV) ha afirmado que a Gadafi le será otorgada una "condecoración horroris causa" por "todos los horrores cometidos desde 1969 (cuando llegó al poder) hasta hoy", en palabras del senador Stefano Pedica.

Por su parte, Amnistía Internacional (AI) ha remitido una carta a Berlusconi en la que le recuerda las "graves violaciones" de los derechos humanos en Libia y le pide que aborde el tema en la agenda de las reuniones italo-libias.

También en las propias filas del partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), se han oído críticas.

En este sentido, el subsecretario de Políticas para la Familia, Carlo Giovanardi, manifestó que "mientras Gadafi puede venir a decir lo que quiere a Roma, el Papa no puede ir a Trípoli o a Arabia Saudí a hacer los mismo. Es desagradable".

Sobre tres jóvenes que ayer aseguraron haberse convertido al islám tras escuchar a Gadafi, monseñor Domenico Mogavero, de la Conferencia Episcopal Italiana, ha advertido de que "la conversión no es un vestido que te lo pones o te lo quitas en un momento; es un camino serio que comporta una revisión de vida. No creo en ninguna conversión instantánea".

A pesar de las críticas, Gadafi será agasajado hoy por Berlusconi con una cena para 800 invitados a la que asistirán representantes del mundo político, industrial y de las finanzas italianas, y que será clausurada con una exhibición ecuestre de los caballos bereberes que ha traído el líder libio.