Argentina está conmocionada por la repentina muerte de su ex mandatario, el presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner. El secretario general de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) fallecía ayer a los 60 años tras sufrir un paro cardiorrespiratorio con muerte súbita en la Patagonia, donde se encontraba con su esposa, la actual presidenta argentina, Cristina Fernández.

La capilla ardiente será instalada mañana por la mañana en el Casa Rosada, y no en el Congreso como es costumbre en los fallecimientos de los antiguos mandatarios. Aunque Cristina Fernández, su viuda y presidenta del país, se plantea realizar una ceremonia previa en la localidad de Río Gallegos, provincia patagónica en la que nació el ex presidente y donde fue alcalde antes que mandatario. Allí será, posteriormente, enterrado.

Cuando Kirchner sufrió el infarto se encontraba en su casa de El Calafate con su mujer, la presidenta Cristina Fernández, quien pidió auxilio inmediatamente, aunque los intentos de reanimación no surtieron efecto. El ex mandatario llegaba en "estado gravísimo" al hospital de José Formenti, acompañado de su mujer. Sin embargo esta vez no pudo salvarse y moría poco antes de las 08:30, hora local, de ayer.

Nestor Kirchner había sido sometido a dos cirugías de urgencia este año, en los meses de febrero y septiembre, después de haber sufrido dos obstrucciones en arterias coronarias. Entonces, fue operado y le realizaron una angioplastia.

Esta vez no se pudo hacer nada por el secretario general de Unasur ante el "paro cardiorrespiratorio con muerte súbita" por el que fue imposible reanimarlo, según informó el equipo médico de la Presidencia al diario argentino Clarín.

Los ciudadanos argentinos, a los que representó entre 2003 y 2007, ya desde bien entrada la mañana comenzaban a congregarse en la plaza Mayo, en la capital argentina de Buenos Aires, para recordar y rendir un homenaje a Néstor Kirchner por su pérdida, que según la Presidencia argentina se debió a una "afección cardiaca aguda".

El ministro de Interior, Florencio Randazzo, había hablado este martes con él varias veces por teléfono, según el periódico argentino Clarín. Randazzo se mostraba "muy triste" por el fallecimiento del presidente del Partido Justicialista. En estas conversaciones, lo notó de "buen humor, como siempre, hiperactivo", expresó el ministro.