La Casa Blanca indicó ayer que carece de información para confirmar si uno de los dos paquetes bomba procedentes de Yemen y con destino EEUU interceptados la semana pasada estaba a punto de estallar.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó ayer en declaraciones a los medios que la cuestión de cuándo estaban las bombas programadas para estallar se encuentra aún bajo investigación y completar las pesquisas "llevará aún tiempo".

El ministro del Interior galo, Brice Hortefeux, declaró ayer a la cadena France-2 que cuando se desactivó, uno de los paquetes bomba se encontraba a 17 minutos de explotar.

En sus declaraciones, Gibbs indicó que la Casa Blanca carece de información que permita confirmar lo afirmado por Hortefeux. Gibbs subrayó que el FBI se encuentra "plenamente implicado" en la investigación del atentado frustrado.

El FBI ha enviado agentes a Yemen para participar en las pesquisas sobre la intentona, que EEUU atribuye inicialmente al grupo Al Qaeda en la Península Arábiga, una rama de la red Al Qaeda. "Tenemos confianza en la investigación", indicó el portavoz, que agregó que se hará pública una vez que concluya.

Otro envío en Atenas

Por otra parte, la Policía griega interceptó y destruyó ayer un decimocuarto paquete bomba, dirigido esta vez a la embajada de Francia en Atenas, mientras sospechaba que habrá más envíos en los próximos días.

Hasta ahora nadie se ha atribuido estos ataques que mantienen en estado de alerta máxima a las fuerzas de seguridad griegas, aunque se da por hecho que los responsables pertenecen al grupo anarquista y antisistema Conspiración de Núcleos de Fuego.

Los artificieros de la Policía acordonaron ayer los alrededores de la compañía privada de mensajería ACS en Markopoulo, una localidad en las afueras de Atenas, y detonaron de forma controlada un paquete bomba destinado a la legación gala, cuyo presunto remitente sería el arzobispado ortodoxo de Atenas. Se trata del mismo mecanismo compuesto por un libro o un dossier con una pila y un detonador eléctrico que llevaban los otros 13 paquetes que aparecieron el lunes y el martes en Atenas.

La existencia de estos paquetes bomba coincide con la alarma internacional causada por los explosivos enviados la semana anterior, presuntamente por grupos islamistas afiliados a Al Qaeda, desde Yemen a Europa y Estados Unidos.