La ceremonia de entrega del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, en la que una silla vacía representará al disidente en Oslo, es respondida hoy en China con un aumento de las condenas al Comité Nobel en la prensa oficial, censura a webs y medios foráneos, y un mayor cerco a los disidentes y la familia del galardonado.

La vivienda de Liu Xia, la esposa de Liu Xiaobo, en el oeste de Pekín, se encontraba hoy vigilada por policías uniformados y de paisano, mientras una inoportuna obra impedía el acceso físico al portal del bloque, ya que todo el suelo alrededor de la zona residencial estaba levantado, según pudo comprobar Efe.

Liu Xia, poetisa, se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 11 de octubre, tres días después de que se anunciara el galardón a su marido.

Mientras, otro firmante de la "Carta 08", el documento pidiendo reformas políticas por el que Liu fue condenado a 11 años de prisión, fue detenido en las últimas horas por las autoridades chinas y se encuentra en paradero desconocido.

El activista Zhang Zuhua, amigo personal de Liu y uno de los redactores e impulsores de la "Carta 08", regresaba a su casa después de comer cuando un vehículo se detuvo a su lado y unos individuos, identificados como efectivos de seguridad pública, le forzaron a entrar en el coche.

Por otro lado, el acceso a la web oficial del Comité Nobel (nobelprize.org), que retransmite hoy vía web la entrega del premio, se encuentra inaccesible en Pekín, al igual que las páginas de la televisión noruega NRK y la de la BBC, mientras la emisión del canal CNN es interrumpida cada vez que aborda el tema.

Además, los abogados de Liu fueron conminados por la organización nacional de jurisprudencia china a no hablar con la prensa debido a la "sensibilidad del momento", según señalaron responsables del bufete.

Pese a ello, un abogado especialista en derechos humanos, Li Jingsong (que defendió al disidente Hu Jia, nominado en años anteriores al Nobel de la Paz y también encarcelado) sí se mostró disponible y señaló que confía en que el premio contribuya a que Liu Xiaobo salga de prisión antes de cumplir los 11 años de condena.

"Es seguro que no va a cumplir 11 años en la cárcel, el cambio democrático de China no va a necesitar todo ese tiempo", señaló hoy el letrado a Efe, quien no obstante señaló que a corto plazo el galardón ha tenido "más influencias negativas que positivas" en las corrientes reformistas de China.

"En China existen diferentes fuerzas, y desde la concesión del premio a Liu la más agresiva ha ocupado el control, mientras que la más sensata, más legislativa, representada por (el presidente) Hu Jintao y (el primer ministro) Wen Jiabao, ha perdido voz", aseguró.

Li señaló además que el premio no ha hecho a Liu Xiaobo más popular, porque "el primer chino que consiguió este premio fue el Dalai Lama, por lo que mucha gente considera ahora que Liu es como el Dalai", visto por muchos chinos como un independentista.

Más radical se mostró hoy la prensa oficial, que lanzó airadas críticas a la concesión del Nobel a Liu, asegurando que la ceremonia en Oslo será "una farsa contra China" que demuestra que el pensamiento político occidental "está fosilizado".

En el editorial del diario "Global Times", ligado al "Diario del Pueblo" (periódico portavoz del Partido Comunista de China), la silla vacía que en la ceremonia de hoy representará a Liu Xiaobo, muestra que "la China que dibujan es estereotipada y falsa".

"Es inimaginable que tal farsa, similar a la que puede verse en las sectas, pueda representarse en el continente civilizado de Europa", señala el encendido editorial, que insiste en que el premio "ignora los signos de drástico cambio y progreso social de China".

"Global Times" también destaca la negativa de 19 naciones (entre ellas China) a asistir a la ceremonia y señala que "la mayoría de los países en desarrollo se niegan a asistir a la ceremonia de hoy, la mejor indicación del inesperado apoyo moral que China se ha ganado en el mundo".

Entre los países que han declinado su asistencia se encuentran Rusia, Arabia Saudí, Irán, Irak, Sudán, Filipinas, Vietnam, Cuba, Venezuela o Kazajistán.

Liu Xiaobo cumple una condena de 11 años de prisión en una cárcel de Liaoning (noreste de China) por un delito de "subversión contra el poder del Estado", un crimen frecuentemente atribuido a presos de conciencia en el país asiático.