Al menos 15 civiles han muerto por la explosión de una bomba de fabricación casera en la conflictiva provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, informó ayer una fuente oficial.

Los hechos ocurrieron en la tarde del viernes, en una zona aislada del distrito de Janishin, donde un artefacto explosivo estalló al paso de un vehículo en el que viajaban los civiles, según explicó el portavoz del gobernador de Helmand, Daud Ahmadi.

De acuerdo con su versión, la detonación causó la muerte de entre 15 personas, incluidos mujeres y niños. Ahmadi culpó de la explosión a la insurgencia talibán.

En otro contexto, el enviado especial de EEUU para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, se encuentra en estado "muy grave" tras someterse a una operación para tratarle un desgarro de aorta. Holbrooke, de 69 años, fue hospitalizado el viernes al sentirse indispuesto con dolores en el pecho mientras trabajaba en su oficina en el Departamento de Estado.