Corea del Sur reafirmó ayer su intención de desarrollar la próxima semana maniobras militares en el Mar Amarillo, a pesar de la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el aumento de las tensiones en la península de Corea.

El Consejo de Seguridad se reunía ayer,. domingo, en Nueva York a petición de Rusia, después de que Seúl decidiera repetir unos ejercicios militares en aguas cercanas a la isla surcoreana de Yeonpyeong, atacada por Corea del Norte el 23 de noviembre.

Fuentes militares surcoreanas citadas ayer por la agencia local Yonhap insistieron, como ya hicieron el sábado, en que esas maniobras militares se celebrarán mañana, lunes, o este martes, después de que las malas condiciones meteorológicas impidiesen llevarlas a cabo este fin de semana.

Marines de Corea del Sur realizaron ayer operaciones en la isla de Yeonpyeong en preparación de esos ejercicios, que durarán un solo día.

"No vamos a tomar en consideración las amenazas de Corea del Norte ni la situación diplomática antes de desarrollar las maniobras con fuego real. Si el tiempo lo permite, van a tener lugar", dijo a Yonhap un portavoz de la Junta de Jefes del Estado Mayor surcoreano.

Rusia y China han expresado su preocupación por esas maniobras debido a la cercanía a la costa norcoreana, que está a solo 13 kilómetros de la isla de Yeonpyeong.

Un ataque con artillería de Corea del Norte causó el 23 de noviembre cuatro muertos en esa isla, dos militares y dos civiles, cuando cerca de esa tensa frontera del Mar Amarillo (Mar Occidental) Corea del Sur llevaba a cabo maniobras con miles de militares.

Desde entonces, Seúl ha organizado otros tres ejercicios en sus costas, uno de ellos junto a fuerzas de EEUU, que han sido recibidos con amenazas por parte del régimen comunista de Corea del Norte, sin que hasta ahora se hayan producido más confrontaciones.

Este viernes, Pyongyang avisó de un ataque todavía "más mortal" contra la isla de Yeonpyeong si Seúl llevaba a cabo las anunciadas maniobras.

El viernes, el viceministro de Exteriores, Alexéi Borodavkin, citó en Moscú a los embajadores de Washington y Seúl para pedirles que suspendan esas maniobras y les recordó que ejercicios similares en el Mar Amarillo desembocaron en el incidente de Yeonpyeong.

El ataque norcoreano contra Yeongpyeong en la tensa frontera del Mar Amarillo fue uno de los sucesos más graves desde el fin de la Guerra de Corea (1950-53), concluida con un armisticio y no con un tratado de paz, por lo que ambas Coreas siguen técnicamente en guerra.

En Pyongyang se encuentra de visita privada el gobernador de Nuevo México (EEUU), Bill Richardson, quien ha presentado una serie de propuestas, que no precisó, a las autoridades norcoreanas para rebajar la tensión.

Richardson calificó ayer como un "polvorín" la situación que se vive en la península coreana y ha pedido "contención".

La clave china

China "está profundamente preocupada por la situación en la Península Coreana, que es extremadamente precaria, altamente complicada y sensible", destacó el viceministro de Asuntos Exteriores chino Zhang Zhijun.

El viceministro aseguró que Pekín ha advertido a las partes en conflicto que si hay derramamiento de sangre en la península, "ello llevará a la tragedia nacional de un fratricidio entre hermanos de las dos Coreas", por lo que volvió a llamar al diálogo entre el Norte y el Sur.

Zhang también recordó que China ha hecho grandes esfuerzos en las últimas semanas para aliviar la tensión en la región, incluyendo visitas del consejero de Estado Dai Bingguo a Corea del Sur del 27 al 28 de noviembre y a la vecina del norte del 8 al 9 de diciembre.

"China se opone firmemente a cualquier acto que pueda llevar a una escalada de tensiones y romper la paz y la estabilidad regional", señaló el viceministro.