Cerca de 2,5 millones de somalís podrían morir de hambre en Somalia en los próximos meses a causa de los daños originados a las cosechas por la grave sequía que afecta al convulso país africano, afirmó hoy su primer ministro, Mohamed Abdullahi Mohamed.

"Casi 2,5 millones de personas están al borde del hambre y si no recibimos un apoyo internacional inmediato, con toda seguridad afrontaremos una situación catastrófica en Somalia", dijo Mohamed a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

El primer ministro señaló que la gravedad de la situación supera los recursos de las autoridades, por lo que pidió a los donantes internacionales ayuda inmediata para atender a la población amenazada por la hambruna.

Ese fue el mismo mensaje que trasladó a los 15 miembros del máximo órgano de Seguridad de la ONU en su intervención en la reunión que celebraron hoy sobre la situación en el convulso país africano, donde el frágil Gobierno de transición apoyado por la comunidad internacional resiste con dificultades la presión de las milicias islamistas.

Mohamed explicó que la ausencia de lluvias ha conducido la producción agrícola del país "a las primeras etapas de un colapso", por lo que las autoridades han empezado a distribuir alimentos a los segmentos de la población más vulnerables.

En cuanto al conflicto interno, el primer ministro aseguró que sus fuerzas de seguridad y las tropas de la misión de la Unión Africana (Amisom) han conseguido recuperar el control del 60% de Mogadiscio y que el 80% de la población de la capital ahora vive bajo la autoridad del Gobierno.

Asimismo, indicó que un número cada vez mayor de jóvenes abandonan las filas de la milicia radical de Al Shabab, ligada a Al Qaeda, para entregarse a las fuerzas gubernamentales.

"Hemos escuchado relatos horribles sobre la opresión que ejercen y estamos seguros que esta generación de jóvenes somalís sufrirá daños emocionales y psicológicos por mucho tiempo si no podemos fin pronto a la violencia", observó Mohamed.

Por ello, prosiguió el primer ministro, los 4.000 nuevos efectivos que se autorizó recientemente a Amisom "tendrán un impacto espectacular en este proceso y celebramos que lleguen cuanto antes".

El embajador del Reino Unido ante la ONU, Mark Lyall Grant, aseguró que el Consejo quedó "impresionado" con la intervención del primer ministro, ya que el país "se encuentra en una situación muy difícil.

"Esperemos que los refuerzos para Amisom que autorizamos ayuden a completar el control de Mogadiscio", dijo el representante británico a la salida de la reunión.

La semana pasada, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a incrementar la ayuda al Gobierno somalí para evitar que el país se convierta en un baluarte del terrorismo internacional.

En un informe remitido al Consejo de Seguridad, Ban señaló a las autoridades, así como las tropas de la Amisom, necesitan ayuda urgente en materia militar, financiera y logística para hacer frente a los rebeldes islamistas que buscan derrocarlo.

A causa de la precaria situación en Somalia, el Consejo de Seguridad autorizó el mes pasado el envío de 4.000 efectivos de refuerzo a la Amisom y amplió el mandato de la fuerza internacional, conformada en la actualidad por 8.000 militares de Uganda y Burundi, hasta el 30 de septiembre de 2011.

El Gobierno somalí, que es respaldado por la comunidad internacional, fue formado en la vecina Yibuti en febrero de 2009, pero sólo controla una parte de Mogadiscio con apoyo del contingente militar africano.

La presión creciente de las milicias islámicas ha incrementado el caos en Somalia, que se ha convertido en polo de desestabilización mundial y en una plataforma para los piratas que atacan las rutas marítimas internacionales del océano Índico.