Irán aseguró hoy que no declarará "ni por un segundo" una moratoria al enriquecimiento de uranio, en vísperas de la reunión de Estambul entre Teherán y las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní.

"Ni las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, ni los virus, ni las amenazas interrumpirán el proceso de enriquecimiento en Irán", aseguró en rueda de prensa en Moscú Ali Asghar Soltanieh, embajador iraní ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Soltanieh, que se encuentra de visita en la capital rusa, afirmó que el programa nuclear de Irán es "transparente al cien por cien" y que las actividades de enriquecimiento "no se suspenderán ni por un segundo, ni por un minuto".

"Irán es autosuficiente en materia nuclear, ya que posee toda la tecnología industrial necesaria para el enriquecimiento de uranio. Dijeron que no seríamos capaces, pero ya hemos producido 40 kilos de uranio enriquecido por debajo del 20 por ciento", dijo.

El diplomático subrayó que para Teherán "no hay posibilidad de compromiso, y no hará concesiones en materia de enriquecimiento", y aseguró que la defensa de ese derecho "hará a Irán más fuerte que si tuviera armas nucleares".

"Seguiremos desarrollando un programa nuclear pacífico bajo supervisión del OIEA. No tenemos centros subterráneos. El OIEA ha realizado cientos de inspecciones en los últimos ocho años y nunca ha aportado alguna prueba de que tengamos un programa nuclear militar secreto", señaló.

Al respecto, Soltanieh considera que las grandes potencias, en particular Rusia, China y la Unión Europea, "desperdiciaron una ocasión histórica" al declinar la invitación para visitar la pasada semana los centros e instalaciones nucleares de Irán.

El funcionario iraní subrayó que no es competencia del Consejo de Seguridad de la ONU decidir por medio de resoluciones sancionadoras sobre el derecho soberano de cada país a desarrollar un programa nuclear civil.

Soltanieh aseguró que las resoluciones de la ONU que aluden directamente al programa nuclear iraní "no tienen ningún valor legal".

"Occidente está en un callejón sin salida. Le ayudaremos a salir de él. Es el OIEA, no la ONU, quien es responsable de las actividades nucleares en el mundo. Esperamos que Occidente entienda pronto su error y que podamos reiniciar la cooperación", dijo.

También aseguró que Irán no está desarrollando armas nucleares ni tiene intención de hacerlo en un futuro, ya que colocaría al país en "una posición de debilidad" ante Occidente y, además, porque está "prohibido" por motivos religiosos.

"Ya lo dijo en numerosas ocasiones nuestro líder espiritual Jomeini. Las armas nucleares van en contra de nuestras creencias, por lo que están prohibidas", comentó.

Añadió: "¿Cuántas bombas podríamos fabricar? Unas pocas y pequeñas, cuando las cinco potencias nucleares tienen miles. Estaríamos en clara desventaja. Abogamos por acabar con las armas atómicas en el mundo para 2025".

Por otra parte, el diplomático se mostró dispuesto a reanudar las conversaciones del Grupo de Viena (Irán, OIEA, Rusia, Francia y Estados Unidos) para el suministro de combustible con fines "humanitarios" y curar al millón de enfermos de cáncer que hay en Irán, ya que su última reunión tuvo lugar en octubre de 2009.

"No existen garantías internacionales de suministro estable de combustible para los países que tienen instalaciones nucleares", dijo a la hora de subrayar la imposibilidad de que Irán renuncie a su programa de enriquecimiento nacional.

Soltanieh aseguró que Teherán está dispuesto a intercambiar 1.200 kilogramos de uranio por 120 kilos de uranio enriquecido al 20 por ciento para utilizarlo como combustible con fines médicos, como se acordó en mayo de 2010 con Brasil y Turquía en la capital iraní.

"El tiempo vuela", dijo el funcionario, en relación a que Teherán renunciará al intercambio en cuanto pueda producir el combustible necesario para sus reactores de investigación por su propia cuenta.

Soltanieh arremetió contra el doble rasero de Estados Unidos, Francia y Alemania, que no pusieron ninguna traba al desarrollo del programa nuclear iraní cuando gobernaba el Sha.

En cambio, en cuanto triunfó la revolución islámica en 1979, EEUU dejó de cooperar en materia de combustible nuclear con Teherán, y el consorcio alemán Siemens suspendió el proyecto de construcción de la primera central nuclear iraní en Bushehr (Golfo Pérsico).

"Treinta años después, la planta de Bushehr ya funciona y, según dicen los rusos (encargados de su construcción), comenzará a generar electricidad muy pronto", aseveró.