El ex primer ministro británico Tony Blair comparece hoy por segunda vez ante la comisión que investiga la circunstancias que impulsaron al Reino Unido a participar en la guerra de Irak, entre protestas previstas de diputados, grupos contra la guerra y familiares de soldados muertos.

La comisión presidida por el antiguo alto cargo John Chilcot ha pedido a Blair que vuelva a declarar para clarificar algunos puntos de su testimonio de enero del 2010, cuando, entre otras cosas, insistió en que no tenía "remordimientos" por haber liderado la invasión en marzo del 2003 y dijo que el mundo era un lugar mejor sin el ex presidente iraquí Sadam Husein.

Se prevé que los investigadores pregunten al ex jefe del Gobierno por sus intercambios con el entonces fiscal general del Estado, lord Peter Goldsmith, quien el 14 de enero de ese año asesoró al Gobierno que la resolución 1441 de la ONU no era suficiente para justificar el uso de la fuerza contra Irak (aunque dos semanas después sorprendentemente cambió de opinión).

Lo que la comisión quiere saber es por qué al día siguiente de que el fiscal advirtiera de la insuficiencia de esa resolución para justificar la guerra, Blair declaró ante el Parlamento que, aunque una segunda resolución de Naciones Unidas era "preferible", podía "no ser necesaria" en el caso de que un miembro del Consejo de seguridad emitiera un veto "poco razonable".

El pasado martes Goldsmith dijo ante la misma comisión que los comentarios de Blair le habían hecho sentir "incómodo" y reveló que el ex líder laborista le excluyó de deliberaciones importantes sobre la legalidad de la guerra de Irak después de que él le advirtiera ya en el 2002 que una invasión sin apoyo de la ONU podría infringir la legislación internacional.

Está previsto que, coincidiendo con la comparecencia de Blair en el Queen Elizabeth Hall, frente al Parlamento británico, un grupo de actores, diputados, organizaciones contra la guerra y familiares de soldados británicos muertos se manifiesten en señal de protesta.

Por otra parte, esta semana Chilcot criticó al actual Gobierno británico por negarse a hacer públicos una serie de documentos que recogen conversaciones entre el ex presidente de EEUU George W. Bush y Blair que, según se ha publicado, podrían revelar que ambos pactaron la guerra.

La comisión ha visto esos documentos pero no puede difundirlos.