La mayoría de los tunecinos no acaban de creerse las promesas del Gobierno de transición y continúan reclamando una ruptura definitiva con el régimen anterior, concretada en la salida de todos los ministros del derrocado presidente Zine el Ben Alí del Ejecutivo.

Pese a los decisivos cambios que se han producido en el país en la semana transcurrida desde la huida del dictador, los ciudadanos que forzaron su salida se niegan de plano a tener que seguir viendo las mismas caras de antes en los puestos clave del Gobierno.

Las manifestaciones continuaron hoy en la capital, donde a última hora de la tarde más de mil personas reclamaban ante el Palacio de Gobierno la dimisión de todos los ministros de Ben Alí, incluido el primer ministro, Mohamed Ghanuchi.

"No nos robéis nuestro sueño", decía la pancarta sostenida por Suheila, una joven estudiante de Medicina, que aseguraba que no pensaba moverse de allí, "mientras sigan al mando del país, los que nos han robado y prohibido expresarnos durante tantos años".

De hecho, una de las más valoradas conquistas de estos vertiginosos días en Túnez, es el derecho a la libertad de expresión.

"Antes al primero que hablaba lo metían en la cárcel, el miedo y el control era atroz", explica Amina, una mujer parada en la cincuentena, que afirma que el Gobierno "promete muchas cosas pero hasta ahora no se ha visto casi nada" y desconfía de que "quienes reprimían ferozmente antes vayan ahora a democratizar el país".

"Hay que cambiar el color negro de los ministros por el blanco", recalca Amina frente a una de las pintadas escritas en los muros de la plaza del Palacio de Gobierno, en la vieja medina de Túnez, que reza "al fin libres".

Las manifestaciones no son excesivamente numerosas debido al cansancio de más de un mes de disturbios y al deseo de recuperar la normalidad, pero los tunecinos no paran de juntarse por las calles o en los cafés para debatir los acontecimientos.

Al más puro estilo de la tradición oral africana, decenas de corros de personas se formaban hoy en el centro de la capital en torno a un orador central que relataba lo sucedido en tal región o las últimas informaciones sobre las decisiones del Gobierno.

Entretanto, la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), el poderoso sindicato que desempeñó un papel fundamental en la organización de las protestas, reclamó hoy la disolución del Ejecutivo de transición y la formación de un Gobierno de "salvación nacional" sin ministros del anterior régimen.

Según declaró a EFE Lufti Hambruni -principal consejero del secretario general del sindicato, Mohamed Jehrad,- la dirección de la central, tras reunirse hoy, demandó que se "reinicie de nuevo el proceso de formación del Gobierno de transición".

"El primer ministro debe reiniciar las consultas con todos los sectores de la sociedad civil y de la oposición para formar un nuevo Gobierno que responda a las exigencias de la calle y los partidos políticos", afirmó Hambruni.

Asimismo, señaló que "la oferta de diálogo del sindicato para negociar este nuevo Gobierno sigue abierta", aunque precisó que "no hay todavía fecha" para un encuentro con el primer ministro.

La condición "sine qua non" para formar ese Gobierno de "salvación nacional" es que en él no participe ningún ministro del anterior régimen, indicó Hambruni, que recalcó que el sindicato "proseguirá su lucha legal" hasta conseguir ese objetivo.

Los tres miembros de la UGTT en el Gabinete de transición -dos ministros y un secretario de Estado- lo abandonaron el pasado martes, al día siguiente de que se formase.

Lo mismo hizo el secretario general del Foro Democrático por el Trabajo y la Libertad (FDTL), Mustafá Ben Yafar, que dejó su cargo de ministro de Sanidad.

Ben Yafar, uno de los líderes de los tres partidos de la oposición tolerada por Ben Alí incluidos en el Ejecutivo, destacó hoy a EFE que "es necesario que se le ofrezca a los tunecinos un gesto claro, como es la formación de un Gobierno limpio sin las manchas del pasado".