La clase política irlandesa trató hoy de imponer un poco de cordura en la grave crisis política que atraviesa el país, con el Gobierno y la oposición sentados alrededor de la misma mesa para decidir la fecha de las próximas elecciones generales y otros asuntos de interés nacional.

Después de la retirada este domingo del Partido Verde del Gobierno de coalición, que compartía con el mayoritario Fianna Fail (FF) desde 2007, a ninguna de las formaciones irlandesas le convence el próximo 11 de marzo como día para celebrar los citados comicios.

El primer ministro, Brian Cowen, eligió esa fecha, adelantando así las elecciones, el pasado jueves, dos días después de que el titular de Exteriores, Michéal Martin, abandonara el cargo tras no lograr desbancarle del liderazgo del FF.

Ese mismo día dimitieron otros cinco ministros correligionarios, que, a diferencia de Martin, no se presentarán a las elecciones, en una fuga colectiva que la oposición interpretó como una burda maniobra para lavar la cara del muy deteriorado Gobierno y del propio FF, que lleva en el poder desde 1997.

Cowen no pudo reemplazar a los dimisionarios con nuevos ministros y se vio obligado a dimitir como líder del partido este sábado, pero dado que decidió continuar como "Taoiseach" (primer ministro), a los verdes no les quedó otra opción que forzar su salida del Gobierno.

En el actual Gobierno ya sólo quedan siete ministros del FF, el mínimo permitido por la Constitución irlandesa, lo que significa que muchos de ellos asumen dos o más carteras.

La situación es tan ridícula que el nuevo puesto del ministro Pat Carey será el de titular de Comunidad, Igualdad, Asuntos Gaélicos, Transporte, Comunicaciones, Energía y Recursos Naturales.

Para la oposición y el electorado de este país, la broma no tiene gracia, ya que la imagen nacional está quedaNdo seriamente dañada, justo cuando Irlanda necesita de la ayuda internacional para salir de la profunda crisis económica.

Por estos motivos, al ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, no le ha quedado otro remedio que convocar hoy a todos los partidos para negociar el calendario de aprobación de la Ley de Finanzas, el marco legal que da luz verde a los Presupuestos generales para 2011, los más duros en la Historia del país.

La nueva legislación también da cobertura legal al conjunto de medidas con el que se acometerá el proceso de reestructuración de la economía nacional durante los próximos cuatro años, tal y como establecen las condiciones del rescate financiero de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a este país.

Los Verdes dudan de que ese proceso pueda concluirse para finales de la próxima semana, como piden los dos principales partidos de la oposición, el Fine Gael (FG) y el Laborista, favoritos, según las encuestas a compartir el poder tras la cita en las urnas.

De acuerdo con este calendario, las elecciones generales podrían adelantarse al 18 o al 25 de febrero o, como muy tarde, al 4 de marzo, según indicó hoy la portavoz de Economía laborista, Joan Burton.

"Creo que el Gobierno tiene que darse cuenta de que el Fianna Fáil forma ahora un Ejecutivo minoritario y que no tiene apoyo suficiente en el Parlamento para dictar el orden del día", aseguró Burton, dejando entrever que la oposición podría presentar una moción de censura y, posiblemente, ganarla.

En este sentido, Lenihan, candidato a sustituir a Cowen en la dirección del FF, consideró "poco realista" la posibilidad de que la citada ley supere en los próximos cinco días los trámites parlamentarios.

"No estamos retrasando las cosas. Está claro que el calendario normal acaba a finales de marzo. Ya adelanté todo el proceso hasta principios de marzo", recordó Lenihan.

También los Verdes han pedido al FG y a los laboristas que se abstengan de presentar mociones de censura si el proceso de aprobación de la Ley de Finanzas no concluye esta semana.

En principio, todos los partidos de la oposición, excepto el Sinn Fein, reconocen la necesidad de aprobar la citada ley para poder acceder al rescate ofrecido por la UE y el FMI, aunque difieren en cuestiones de calendario.