Los ministros de Exteriores de la UE se reunirán mañana y el lunes en Bruselas para debatir en profundidad las consecuencias de las revueltas en Túnez, Egipto y otros países del mundo árabe y estudiar las formas en las que Europa puede apoyar los procesos democráticos.

A invitación de la Alta Representante, Catherine Ashton, los ministros celebrarán en la noche de mañana una cena de trabajo centrada exclusivamente en la situación en la región, donde las revoluciones en Túnez y Egipto se han extendido a países como Libia, Yemen y Bahrein. El debate continuará el lunes durante la sesión formal del Consejo de Ministros, en la que se aprobará un documento de conclusiones.

Según fuentes diplomáticas, el borrador que se maneja por ahora es un texto "muy general", en el que principalmente se saludan las transiciones democráticas impulsadas por los ciudadanos de Túnez y Egipto, aunque será reforzado con aportaciones de los ministros antes de su aprobación.

Ashton, que la pasada semana visitó Túnez y varios países de Oriente Próximo y que la próxima estará en Egipto, presentará a los ministros un documento con algunas de las posibles opciones para traducir en términos concretos el apoyo europeo a la democracia en la orilla sur del Mediterráneo.

Ayuda material

"Las buenas palabras tienen que ir acompañadas de ayuda material", resumió ayer una fuente comunitaria. En el caso de Túnez, por ejemplo, la UE ha destinado una primer paquete de 17 millones de euros para ayudar en la celebración de unas elecciones democráticas este año, que se suma a los 258 millones que tenía comprometidos con el país para el período 2011-2013.

Además, Ashton anunció contactos con el Banco Europeo de Inversiones -cuyo presidente participará el lunes en la reunión ministerial- para lanzar un programa de préstamos de hasta 1.000 millones de euros para los países del norte de África.

Un grupo de estados, entre ellos España, trabaja en un informe sobre la situación en el mundo árabe y las consecuencias de las revueltas, que podría ser discutido durante la reunión.

"Este fenómeno ha sido una sorpresa para todos. Europa va con un poco de retraso y debe sobreponerse", admitía ayer un diplomático comunitario.

Entre las iniciativas de os 27 figura la de lograr hacer de la Unión por el Mediterráneo un verdadero foro para tratar la situación con los países de la orilla sur y una reforma profunda de la política de vecindad europea.