Al menos una persona murió ayer y varias decenas resultaron heridas por los disparos del Ejército contra medio millar de personas que exigían reformas, en las cercanías de la plaza Lulu, en el centro de la capital bahreiní. Esta es la primera vez que el Ejército, que el jueves se desplegó en las calles de Manama de manera simbólica, dispara contra los participantes en las protestas, que exigen desde el día 14 reformas políticas y mejoras económicas.

Tras los disparos de los soldados, que bloquean la plaza desde el jueves, la Policía cargó con pelotas de goma y gases lacrimógenos.

Parte del personal médico salió a la calle para intentar proteger el edificio. Las ambulancias fueron bloqueadas por las fuerzas de seguridad que no les permitían regresar al centro médico, según denunciaron.

El jueves, la Policía desalojó a la fuerza la céntrica plaza Lulu. Desde el comienzo de las protestas, al menos siete personas han muerto, cuatro de ellas el jueves durante el desalojo de la plaza.

Manama fue también ayer testigo de multitudinarias marchas a favor y en contra del régimen. Estos nuevos sucesos coinciden con una entrevista en la televisión estatal del príncipe heredero Bahreiní Salman bin Hamad al Jalifa, que instó a los bahreiníes a sentarse y a hablar. "Es el momento de la tranquilidad" dijo Bin Hamad al Jalifa que advirtió de que "hoy Bahréin está dividido", a pesar que según expresó no distingue entre musulmanes suníes (minoría en el país a la que pertenece la familia real) y los chiíes.

Por la mañana más de 15.000 personas al grito de "que caiga el régimen" se concentraron en la capital en el funeral de dos de las personas que murieron el jueves durante el desalojo por la fuerza de la plaza donde manifestantes pedían reformas.

Durante la marcha que tuvo lugar en la zona de Shifra, a las afueras de Manama, los participantes mostraron su descontento y rabia con las autoridades.

Medidas de EEUU

El senador demócrata Patrick Leahy dijo ayer que propuso suspender la ayuda estadounidense a Bahrein ante los "atroces ataques" contra manifestantes y periodistas en ese país. "La ley estadounidense prohíbe ayuda a fuerzas de seguridad extranjeras que violan los derechos humanos y hay pruebas que permitirían aplicar esa ley en Bahrein. Le he pedido al Departamento de Estado que sopese la aplicación de nuestra ley", dijo Leahy en un comunicado.

Leahy, que preside el subcomité de ayuda exterior del Senado, afirmó que los ataques contra civiles que piden reformas políticas y contra los periodistas "son ataques contra los derechos humanos y la dignidad de todo el mundo".

En general, el objetivo de la ayuda que brinda EEUU es el combate a la pobreza, la promoción de la democracia y la estabilidad económica, y el fomento de alianzas estratégicas que beneficien a los intereses nacionales de EEUU.

Por su parte, e Gobierno británico anunció ayer la suspensión de la exportación de material de seguridad a Bahréin tras constatar que puede haber sido utilizado en la represión de las protestas. Las autoridades británicas llevaron a cabo una revisión de urgencia de las licencias de exportación a ese país, incluido el envío de botes de gas lacrimógeno y de otro equipamiento antidisturbios.