El Ejecutivo italiano dio ayer el primer paso para la aprobación de la tantas veces anunciada reforma de la Justicia, uno de los caballos de batalla del Gobierno de Berlusconi, que llega en me-dio del escándalo por el juicio inmediato dispuesto contra el primer ministro por el "caso Ruby".

El Consejo de Ministros aprobó ayer de modo unánime un primer borrador de la reforma de la Justicia que ahora deberá ser ratificado en otro gabinete de Gobierno extraordinario los próximos días.

La reforma judicial, prevista como proyecto de ley constitucional, prevé, según el Corriere della Sera, la separación de las carreras de los jueces y fiscales, la división en dos del Consejo Superior de la Magistratura (CSM) y la concesión de más poderes al ministro de Justicia.

Este último asunto era uno de los rechazados por el partido Futuro y Libertad para Italia (FLI), escindido de la formación de Berlusconi tras la expulsión de su exaliado Fini por varias diferencias, entre ellas las iniciativas legislativas judiciales del Gobierno.