La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, instó hoy a las autoridades de Libia que permitan de inmediato la entrada en el país de las agencias humanitarias.

"La ONU pide acceso inmediato y sin restricciones para los trabajadores humanitarios en Libia", dijo Amos durante una conferencia de prensa en Naciones Unidas, en la que expresó su extrema preocupación por la situación humanitaria, especialmente en el oeste del país, donde "no tenemos acceso y no sabemos cuáles son las necesidades".

Amos anunció que el lunes dará a conocer en Ginebra la cifra de la financiación que hará falta para atender las necesidades humanitarias en Libia, y en sus fronteras con Túnez y Egipto, y que este mismo viernes dirigirá una petición por carta a los países donantes.

La responsable de la asistencia humanitaria de la ONU indicó que unas 180.000 personas ya han salido del territorio libio y que en su mayoría se han dirigido hacia las zonas fronterizas de Túnez, Egipto y Níger.

Asimismo indicó que el número de personas de diferentes nacionalidades que a diario abandonan el país magrebí es muy elevado, y "va en aumento". Es algo muy difícil de manejar para cualquier país, dijo.

También señaló que el jueves hubo un descenso en el número de personas que cruzaron la frontera, que pasó de una media de 10.000 a 15.000 diarios a 2.000, después de que hombres fuertemente armados y afines a la dictadura de Muamar el Gadafi tomarán el control fronterizo del lado libio.

Algunos países como Reino Unido, Francia y España, junto al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) han comenzado a enviar ayuda y evacuar a los migrantes egipcios desplazados hasta la frontera tunecina para devolverlos a su país.

Según datos de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) dirigida por Amos, se necesitan más aviones y otros medios de transporte para descongestionar esas áreas de recepción de desplazados.

Amos señaló que se necesita proporcionarles cobijo, además de agua, alimentos y sanidad, algo que por el momento están realizando las autoridades tunecinas.

La responsable humanitaria de Naciones Unidas anunció también que este mismo viernes emprenderá viaje hacia Túnez, para reunirse mañana con las autoridades de ese país y las agencias de la ONU.

Nesirky se refirió también a la carta dirigida por el régimen de Gadafi al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la que releva a su representante permanente, el embajador Abdurrahman Mohamed Shalgam, y a su adjunto Ibrahim Dabashi, para nombrar en su lugar a Ali Treki.

"El secretario general ha recibido correspondencia de las autoridades de Libia, que dice que es Treki a quien quieren como representante permanente ante la ONU", informó Nesirky.

Treki es un diplomático libio, cercano a Gadafi y su entorno, que presidió el 64º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que concluyó en septiembre pasado.

Nesirky, que indicó que el secretario general de la ONU no ha tenido contacto con Treki desde entonces y que desconocen si el diplomático libio está o no en Nueva York, señaló que Libia "como cualquier estado soberano, tiene derecho a nombrar y revocar el nombramiento de quienes quiere que sean sus representantes".

"Es complicado. Estamos ante circunstancias inusuales", admitió el portavoz, que señaló que en estos momentos la Secretaría General del organismo estudia la misiva recibida de Trípoli pidiendo la retirada de credenciales para Shalgam y Dabashi que se han declarado en rebeldía y pasado a la oposición libia.

El documento está siendo estudiado y, como sucede en este tipo de casos, debe ser el comité competente de la Asamblea General de la ONU el que determine la validez de la solicitud, agregó el portavoz.

Dabashi fue uno de los primeros diplomáticos libios en el exterior en cortar relaciones con el líder libio, en respuesta a la violenta represión del régimen a las protestas populares.

Después se le sumó oficialmente el resto de la Misión de Libia ante la ONU y Shalgam, que en principio se había negado a abandonar a Gadafi, pidió el pasado viernes al Consejo de Seguridad, en una dramática intervención, la imposición de sanciones al régimen y exigió al líder libio que abandone el poder.