"Es muy grave pero no está fuera de control", así resumió hoy el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) lo que está pasando en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi, donde los expertos se esfuerzan por restablecer la seguridad en tres reactores.

Un diagnóstico de la situación que costó trabajo arrancar al director general del OIEA, Yukiya Amano, en una rueda de prensa hoy en Viena en la que se le preguntó insistentemente por la verdadera gravedad de esta crisis nuclear, provocada por el tsunami del pasado viernes en el noreste de Japón.

"La situación ha evolucionado y es muy seria", describió Amano, quien confirmó que son ya tres los reactores cuyos núcleos han sufrido daños, aunque siempre sin referirse a si la situación ha empeorado desde el martes.

Antes de eso, el director de Seguridad Nuclear del OIEA, Denis Flory, evitó pronunciarse en varias ocasiones sobre si la situación está controlada o descontrolada e insistió en que se está haciendo todo lo posible para enfriar los núcleos.

El OIEA ha recibido numerosas críticas por su actuación en la gestión de la crisis y en la forma de informar sobre lo que está ocurriendo.

Al respecto, Amano anunció que viajará lo antes posible a Japón, previsiblemente este mismo jueves, para estudiar sobre el terreno la evolución de la crisis.

"Es distinto recibir un fax o correo electrónico desde Tokio que sentarme con ellos e intercambiar puntos de vista", indicó en relación al flujo de comunicación con las autoridades japonesas.

Así, quien fuera precisamente representante de Japón ante el OIEA, reconoció que hay que mejorar la coordinación y el contacto con los responsables japoneses.

Amano quiere que su visita sirva para "tener información de primera mano" y reunirse con quienes están gestionando la emergencia natural. De hecho, aseguró que su intención es mantener encuentros "al más alto nivel".

"No estoy frustrado, pero tenemos que mejorar el flujo de información. Me gustaría hacer todo lo que pueda para aumentarlo", indicó el diplomático japonés, quien aseguró ser consciente de que la opinión pública reclama más datos sobre lo que ocurre.

"Quiero explorar cómo podemos ayudar mejor a Japón" manifestó Amano, quien anunció también el envío a Japón de dos equipos de expertos del OIEA.

Sobre el estado en la central de Fukushima Daiichi, Amano explicó que pese a que se desconoce cuál es la situación exacta en el interior de los reactores, sí que se sabe que los núcleos sobresalen entre uno y dos metros del agua que normalmente los cubre.

Flory, se refirió a que los esfuerzos para inyectar agua en el núcleo "es lo mejor que se puede hacer y lo que recomiendan los expertos". En ese sentido, indicó que la evolución de la crisis dependerá "de la capacidad de enfriar el núcleo y de reducir la presión".

El experto destacó que se han registrado emisiones de gases y vapores a la atmósfera pero no de partículas sólidas, algo especialmente peligroso en el caso del reactor número 3, que emplea plutonio como combustible nuclear.

"El plutonio no es una preocupación en este momento", dijo Flory.

Respecto a la radiación, Amano admitió que los niveles "han aumentado en Tokio y otras ciudades" pero descartó que supongan un peligro para la salud humana.

Respecto a la radiación en Kukushima, a las 02.40 GMT de hoy se registraron niveles de 2,6 milisieverts.