La catástrofe natural sufrida por Japón el 11 de marzo va a tener enormes consecuencias políticas y económicas en las relaciones con China, un país con 80 años de difícil, y muchas veces hostil, relación con el vecino nipón, pero que tiene una oportunidad de oro para la reconciliación.

"El horrible terremoto y tsunami han dado oportunidades y nuevas líneas de comunicación entre Japón y China, que contribuyen a construir confianza entre los dos vecinos", opina al respecto el profesor Stephen R. Nagy, especialista el estudios japoneses de la Universidad China de Hong Kong.

El envío de ayuda humanitaria china a Japón, así como de equipos de rescate, son un buen comienzo para ello, analiza el experto, ya que "la imagen de tu ''competidor'' ayudando a gente japonesa ordinaria en una situación tan desesperada es una potente imagen que no creará sino mejor voluntad entre China y Japón".

La cooperación en desastres -que ya comenzó en 2008, cuando Japón ayudó a China tras el terremoto de Wenchuan- mostrará, señaló el experto, que Tokio y Pekín pueden trabajar juntos más allá de la actual esfera del diálogo para la desnuclearización de Corea del Norte, uno de los pocos foros actuales de colaboración común.

Para Nagy, además, la sociedad china, (donde la animadversión a los japoneses es algo desgraciadamente habitual y que incluso se inculca en la infancia) puede cambiar su visión de los nipones; de hecho, muchos ciudadanos de China han elogiado ya, en los foros de internet, la ejemplar respuesta del pueblo nipón ante el desastre.

La ausencia de crímenes, saqueos, escenas de pánico colectivo y otros síntomas de caos -que en China, en cambio, pueden desatarse con factores mucho menos dramáticos, como ocurrió con la ola de frío que paralizó la red de trenes nacional en 2008- es para los chinos motivo de envidia y admiración en los últimos días.

"Habrá, sospecho, más cooperación en el área de la preparación para desastres entre China y Japón, que incluirá, sin duda, especial atención en el comportamiento de los ordinarios ciudadanos japoneses", destacó Nagy al respecto.

China y Japón mantienen una difícil relación desde hace décadas, debido, entre otros factores, a heridas no cicatrizadas de la guerra que les enfrentó entre 1937 y 1945, en la que el ejército nipón, que invadió territorio chino, cometió crímenes de guerra y genocidios comparables a los que los judíos sufrieron a manos de los nazis.

A ello se le han sumado en los últimos años conflictos territoriales como el de las islas Diaoyu/Senkaku, o la diferente posición de ambos ante conflictos latentes en Asia Oriental tales como el de la península coreana o el de Taiwán.

El desastre, por otro lado, va a afectar significativamente las relaciones económicas entre China y Japón, tercer socio comercial del gigante chino (tras EEUU y la Unión Europea), con algunos sectores chinos que se verán beneficiados, mientras otros saldrán perjudicados.

Entre los beneficiados, destaca el académico Wang Yongzhong, del Instituto Económico y Político Mundial en Pekín, se encontrará el campesinado chino, dado que la radiación va a perjudicar la producción agrícola nipona -y su prestigio, incluso en su propio mercado interno- lo que estimulará las exportaciones del sector primario chino al japonés.

Además, "debido a la reconstrucción que será necesaria tras el desastre, es posible que aumente la exportación de acero de China (mayor productor mundial) y de materiales de construcción", destacó el experto a Efe.

El terremoto y posterior tsunami obligaron a detener la producción de las cinco grandes acerías japonesas, situadas en la bahía de Tokio y con una producción total de 26 millones de toneladas.

No obstante, otros sectores chinos se verán muy negativamente afectados, según Wang, muy especialmente el tecnológico o el del automóvil, ya que China fabrica muchos componentes para las multinacionales niponas del sector, que en los últimos días han tenido que detener su producción o la han reducido sensiblemente.

Las exportaciones a Japón, en general, se reducirán, pese a que en algunos sectores vayan a aumentar, predice el experto.

Wang también augura grandes subidas en el mercado internacional del petróleo, el gas natural o el carbón, si Tokio decide un paulatino abandono de la energía nuclear, algo con lo que China, segundo mayor importador mundial, también sufrirá económicamente.