El régimen del líder libio, Muamar el Gadafi, anunció hoy un alto el fuego inmediato en cumplimiento de la resolución de la ONU, mientras los rebeldes aseguraron que sus tropas continuaron atacando durante todo el día intensamente varias ciudades en el oeste y en el este del país.

La ausencia de periodistas independientes en los hasta el momento principales frentes de combate, debido a la insistencia del propio Gadafi en considerar ilegal su presencia en el país y asimilarlos a terroristas de Al Qaeda, impide ahora justamente verificar su supuesto alto el fuego que insistió en haber cumplido.

El portavoz de Defensa libio, Musa Ali, negó que el régimen esté violando el cese el fuego que anunció a primeras horas de la tarde y aseguró que no están llevando a cabo ninguna operación militar en Misrata, la tercera ciudad libia, ni en ninguna otra localidad del país.

"Desmiento tajantemente las especulaciones de las bandas terroristas ligadas con Al Qaeda de que las fuerzas oficiales bombardearon hoy las ciudades de Misrata y Nalut", aseveró el portavoz.

Sin embargo, según testigos y responsables rebeldes contactados por la cadena catarí Al Yazira, los combates continuaron durante todo el día de hoy en las afueras de la ciudad de Misrata en el oeste del país, y al sur de Ajdabiya, en el este a 160 kilómetros de Bengasi.

Abdul Basit Abu Maziriv, miembro del comité de comunicación de los rebeldes en Misrata, afirmó que las fuerzas del régimen continúan atacando la ciudad, sometida a un intenso bombardeo de artillería y tanques desde primeras horas de esta mañana.

Fuentes de la dirección insurgente cifraron en 18 los muertos en Misrata citando datos de los hospitales de la ciudad y aseguraron también que se produjeron numerosas víctimas en Ajdabiya.

El portavoz del régimen afirmó que el Gobierno de Trípoli está "comprometido con el alto el fuego inmediato y el cese de todas las operaciones militares" que anunció en torno a las 12.35 horas GMT.

El portavoz insistió en el cese el fuego ha sido efectivo durante todo el día de hoy.

"No hemos llevado a cabo operaciones militares hoy en Misrata y en ninguna otra parte del país", dijo y aseguró que no saben "con quién contactar" en el Consejo de Seguridad de la ONU para "desarrollar las cuestiones técnicas del alto el fuego".

"Ese es el problema en este momento que estamos tratando de resolver", afirmó.

Asimismo, dijo que su Gobierno ha pedido a las autoridades de Turquía, Grecia y Malta que envíen equipos para "supervisar y ayudar en la implementación del cese el fuego".

Horas antes el ministro de Exteriores libio, Musa Kusa, había anunciado que el régimen de Trípoli declaró un alto el fuego inmediato de acuerdo con la resolución aprobada anoche por el Consejo de Seguridad de la ONU.

"Tras haber visto la resolución, y tomando en consideración que Libia es un miembro pleno de la ONU, aceptamos que es obligado aceptar la decisión del Consejo de Seguridad", afirmó Kusa.

Y añadió que por ello, el régimen libio ha decidido "un inmediato alto el fuego y el cese de todas las operaciones militares".

El ministro expresó la "tristeza" de su Gobierno con que la resolución incluya operaciones contra Libia como el establecimiento de una zona de exclusión aérea, que incluye a los vuelos comerciales y civiles.

"Esto incrementará el sufrimiento de los libios y tendrá un impacto negativo en su vida general", dijo y recalcó que la comunidad internacional "debería haber eximido a los civiles de la resolución para asegurar su calidad de vida".

Kusa empleó un tono radicalmente distinto al de la noche anterior de Gadafi, que amenazó con "transformar la vida de quienes ataquen Libia en un infierno" y destruir el Mediterráneo, en una entrevista con la televisión pública portuguesa poco antes de la votación del Consejo de Seguridad.

Y también totalmente distinto al de su hijo, Seif el Islam Gadafi, quien dijo, tras la aprobación de la resolución, que no "tienen miedo" a una intervención militar internacional y aseguró que la decisión de la ONU de "bombardear Libia" no es ayudar a la población, "sino matarla".

Además, el hasta hace unas semanas considerado probable sucesor de Gadafi calificó la resolución de "injusta" e insistió en que las fuerzas libias nunca han llevado a cabo ataques aéreos contra civiles.