El Gobierno estadounidense advirtió ayer al gobernante actual de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, que se niega a ceder el poder al presidente electo, Alassane Ouattara, que la oportunidad para dejar el poder pacíficamente se está agotando. "Aún hay una oportunidad para Gbagbo deje el poder pacíficamente y anime a sus partidarios a hacer lo mismo, pero esta oportunidad se esta pasando", dijo el secretario de Estado adjunto para Asuntos Africanos de EEUU, Johnnie Carson.

Carson participó en una sesión informativa sobre la situación en Costa de Marfil después de que el presidente electo de Costa diera un ultimátum al gobernante saliente para que tanto él como sus seguidores "se entreguen en las próximas horas", con el fin de evitar "un baño de sangre" en Abiyán

Los "cascos azules" de la ONU tomaron anoche el control del aeropuerto de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, y están a cargo de su seguridad en una "operación más amplia para suplir el vacío de poder" que allí se vive. Fuentes de la ONU confirmaron que el organismo desplegó a una treintena de militares "para velar por la seguridad del aeropuerto", donde encontraron "con cierta resistencia" a su llegada.

Por otra parte, soldados del destacamento galo de Costa de Marfil patrullaban ayer por las calles de ciertos barrios de Abiyán para evitar pillajes, ante la situación de confusión que vive la ciudad por la ofensiva de las fuerzas del presidente electo, Alassane Ouattara. Según medios galos, los ciudadanos franceses han sido objeto de ataques por parte de marfileños, al igual que otros ciudadanos europeos y libaneses.

El Gobierno estadounidense considera que los ciudadanos de Costa de Marfil expresaron su voluntad en las elecciones del 28 de noviembre, que, según la Comisión Electoral Independiente (CEI), ganó Ouattara, quien es reconocido por la comunidad internacional como vencedor de esos comicios.

Carson recordó que el Consejo de Seguridad de la ONU ha manifestado su apoyo a Ouattara y ha pedido a la misión de paz que tiene desplegada en el país que intensifique la protección de los civiles, en la línea con la resolución 1975 presentada por Francia y Nigeria.

En una línea similar, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó que "esperamos que Gbagbo actúe teniendo en cuenta los intereses de Costa de Marfil y evite una guerra dimitiendo y respetando los resultados electorales".

La misión de la ONU cuenta con 9.024 uniformados, de los que 7.578 son "cascos azules", 176 son observadores militares y 1.270 policías, a los que se suman 389 desplazados civiles internacionales, 737 empleados locales y 255 voluntarios de cincuenta países.