A escasas horas para que expire el plazo, persisten los escollos en las negociaciones del presupuesto de EEUU para evitar la paralización, a partir de esta medianoche, de las actividades administrativas del Gobierno.

El presidente Barack Obama conversó ayer por teléfono con el titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, y con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, para supervisar el desarrollo de las negociaciones, informó la Casa Blanca.

De hecho, Obama canceló una visita que tenía prevista a Indiana para seguir el desarrollo de las conversaciones, después de haberse reunido en cuatro ocasiones en tres días con Reid y Boehner.

Aunque el jueves los equipos negociadores republicano y demócrata informaron de una cierta aproximación de posturas, ambas partes declararon que persisten los desacuerdos.

Según los demócratas, se ha alcanzado un consenso en uno de los principales escollos -los recortes presupuestarios a aplicar- y la principal diferencia ahora es la asignación de fondos federales a los centros de planificación familiar "Planned Parenthood", que los republicanos rechazan por cuestiones políticas.

Reid acusó ayer a los republicanos de arriesgarse a una paralización del Gobierno para dificultar que "las mujeres puedan someterse a exámenes de prevención del cáncer".

Recortes de impuestos

Por su parte, Boehner insistió en que las diferencias continúan situándose en torno a los recortes de impuestos.

"La mayor parte de las cuestiones políticas se ha resuelto, el desacuerdo sigue siendo sobre el gasto", declaró el presidente de la Cámara de Representantes. Al respecto, agregó que "no vamos a doblegarnos y dejar vendido al pueblo estadounidense, como ha ocurrido en otras ocasiones", pero afirmó que su "intención es mantener abierto el Gobierno. No tenemos ningún interés en que se produzca una paralización".

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quiso lanzar un mensaje de moderado optimismo al declarar que "no son asuntos irresolubles".