Los sindicatos lusos preparan ya una primera gran huelga contra el rescate financiero de Portugal y quieren convertir el próximo 6 de mayo en una jornada de protesta nacional.

La convocatoria proviene de unos de los movimientos más activos del sindicalismo luso, la Federación Nacional de los Sindicatos de la Función Pública (FNSFP), encuadrada en la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), de tendencia comunista.

La CGTP es la organización laboral lusa más poderosa, con unos 700.000 afiliados en un país de diez millones de habitantes, y la FNSFP su mayor sindicato sectorial, por el más de medio millón de trabajadores que emplea el Estado portugués a través de la Administración y de las empresas públicas.

El otro gran sindicato luso, la Unión General de Trabajadores (UGT), de tendencia socialista y menos combativa que la CGTP con el actual Gobierno portugués, de su misma ideología, no se ha pronunciado sobre la convocatoria.

Ahora los funcionarios planean echarse a la calle para rechazar los mayores sacrificios que esperan como contrapartida del respaldo económico de Bruselas, que será coordinado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un organismo muy temido por los sindicatos lusos. "No queremos más de lo mismo y queremos al FMI fuera de Portugal", afirman los organizadores de la protesta.