Nuevos bombardeos israelíes mataron ayer a seis personas y elevaron a once el número de palestinos muertos tras el inicio el jueves de la más intensa violencia en Gaza desde el fin hace dos años de la operación "Plomo Fundido".

Las acciones armadas causaron también 45 heridos y comenzaron después de que Hamás atacara el jueves, con un cohete, un autobús escolar israelí que circulaba cerca de Gaza y en el que resultaron heridos de gravedad el conductor y un joven.

Desde entonces, Israel ha redoblado sus bombardeos aéreos a la franja, mientras Hamás declaró la noche de ayer un alto el fuego unilateral.

El último ataque israelí se registró a media tarde de ayer y costó la vida a una persona y heridas a otras dos en el norte de la franja. Unas horas antes, otro bombardeo aéreo israelí había tenido como blanco un grupo de personas que se encontraba al mediodía junto a una mezquita de la localidad de Jan Yunes, en el sur de Gaza, y provocó la muerte de al menos dos milicianos y un civil.

El misil, lanzado por un avión de combate, causó también un número indeterminado de heridos, entre ellos una madre y su hija.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su profunda preocupación ante la violencia en Gaza y en el sur de Israel, y pidió el cese inmediato del lanzamiento de cohetes.