El disidente cubano Juan Antonio Bermúdez ha denunciado hoy que el Gobierno de Raúl Castro está "sangrando" al país con destierros de presos para evitar un "estallido social" y ha asegurado que entre los expatriados hay delincuentes comunes e "infiltrados" de la seguridad del Estado.

Bermúdez, vicepresidente de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, ha criticado la "complicidad" y el "coqueteo" del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con el régimen castrista para tratar de cambiar la política común que la Unión Europea mantiene hacia Cuba y ha opinado que mientras en España haya un gobierno socialista, los expatriados no tienen "ninguna esperanza".

Este disidente cubano de 45 años llegó el 15 de marzo al Centro de Integración de Inmigrantes que Cruz Roja tiene en Torrelavega procedente de la prisión de Guamajal, la última en la que estuvo encarcelado tras ser acusado, en 2007, de levantamiento de masas y de intento de atentado.

Comparte estancia con Héctor Raúl Valle, el vicepresidente de la Confederación Nacional de Trabajadores Democráticos detenido en 2003 durante la Primavera Negra y liberado a finales de 2010, y con Jorge Luis Adán González, un chico de 30 años encarcelado hace trece por planear el robo de una lancha para cruzar a Estadios Unidos que llegó a España el viernes.

Los tres forman parte del grupo de presos que el Gobierno cubano empezó a liberar en verano de 2010, en un proceso que se cerró este viernes, con la llegada a España de los 37 últimos excarcelados.

Juan Antonio Bermúdez, que ya ha pedido el asilo político en España, ha achacado este goteo de liberaciones a una estrategia del Gobierno de Cuba, que trata de "sangrar" al país cada vez que ve que se puede producir un "estallido social".

Esa posible revuelta tendría como detonantes la muerte del preso de conciencia Orlando Zapata, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas y el premio a los Derechos Humanos concedido a las Damas de Blanco, ha explicado.

Según Bermúdez, Cuba ya ha actuado así en ocasiones anteriores, como tras el levantamiento popular del "Maleconazo", en 1994, que desató la crisis de los balseros, o con la emigración masiva a Estados Unidos desde Camarioca, entre 1965 y 1973.

El disidente ha hecho hincapié en que en Cuba "no hay avances de derechos humanos", ha denunciado que todavía se producen detenciones por motivos políticos, aunque en menor medida, y ha afirmado que el Gobierno de Raúl Castro actúa así porque no puede abrir sus costas a un éxodo masivo.

Ha dicho que el Gobierno de España mantiene un "coqueteo" con Cuba para demostrar a la Unión Europea que la posición común no funciona y ha advertido de que variarla sería dar "más oxígeno" a la dictadura de Castro, para que siga reprimiendo a su pueblo.