El régimen sirio recurrió ayer a los tanques del Ejército para aplastar las protestas que han estallado en el país, con una intervención militar que causó más de veinte muertos, según fuentes de la oposición.

La intervención del Ejército se centró en la ciudad de Deraa, en el sur del país, y en la localidad de Duma, en los alrededores de Damasco, e incluyó disparos a edificios y grupos de manifestantes, según activistas de derechos humanos.

Es la primera vez desde que estallaron las protestas públicas, a mediados de marzo, que el régimen de Bachar al Asad recurre a los tanques del Ejército para sofocar estas manifestaciones. En el pasado los militares sólo se habían limitado a labores de vigilancia.

Según el activista de derechos humanos Ammar Qurabi, la intervención militar comenzó poco antes del amanecer y se centró en los principales focos de resistencia contra el régimen.

El activista y expreso político sirio Yasin Haj Saleh declaró que, según informes no confirmados, unas veinte personas han muerto por esta ofensiva en la localidad de Deraa, cerca de la frontera con Jordania y añadió que 23 personas fueron detenidas ayer en Duma, a las afueras de Damasco.

De acuerdo con informes de la red de información de la oposición ShaamNews, la intervención del Ejército, apoyando las labores de las fuerzas de seguridad, causaron ayer cerca de 25 muertos.

No obstante, estas informaciones no se ha podido verificar independientemente ya que los periodistas tienen estrictas limitaciones para desplazarse por Siria, y las comunicaciones telefónicas están interrumpidas en algunos sectores.

ShaamNews también asegura que entre los heridos de hoy hay algunos miembros del Ejército por disparos de las fuerzas de seguridad, algo que no ha podido ser ratificado en otras fuentes.

Mientras, la agencia oficial siria, SANA justificó la actuación militar en la petición de los habitantes de Deraa "para poner fin a los asesinatos, el sabotaje y la intimidación". De acuerdo con esta versión, las tropas del Ejército, apoyadas por las fuerzas de seguridad, "persiguieron a grupos radicales terroristas" y detuvieron un número no determinado de personas, a la vez que confiscaron "gran cantidad de armas y municiones".

Por otra parte, las autoridades jordanas anunciaron que Siria había cerrado ayer la frontera con el vecino país a causa de los disturbios, pero poco después SANA lo desmintió.

Entre tanto, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Tommy Vietor, indicó que la violencia del régimen de Damasco contra su propio pueblo es "completamente deplorable y la condenamos en los términos más enérgicos". EEUU, agregó, se plantea "una gama de posibles opciones, entre ellas la imposición de sanciones". Éstas afectarían directamente a los dirigentes del régimen, comenzando por el propio presidente del país, Bachar al Asad, y su familia, de modo similar a las adoptadas contra el régimen de Gadafi en Libia tras el comienzo de la represión.