El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas debatirá este viernes la situación de los derechos humanos en Siria, donde la represión de las manifestaciones pacíficas ha dejado cientos de muertos y heridos.

La iniciativa para celebrar esta reunión urgente procedió de varios países europeos -entre ellos España, Francia, el Reino Unido y Suiza- y de otros como Japón, México y Estados Unidos.

La petición transmitida a la Secretaría del CDH sólo recibió el apoyo de países occidentales, con la excepción de Zambia y Senegal.

Ningún país árabe figura entre los países que respaldan la convocatoria a la sesión del viernes.

Varios gobiernos europeos pidieron ayer públicamente al Gobierno sirio que ponga fin a la represión armada de las protestas ciudadanas y que respete las libertades fundamentales de opinión y de reunión.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, también ha reclamado el cese de los asesinatos y de la violencia como método para aplastar el movimiento ciudadano contra el régimen de Bachar al Asad.

Sin embargo, el Consejo de Seguridad en Nueva York no ha conseguido acordar sanciones en su contra.

Hace algunas semanas, el Consejo decidió enviar a Libia una comisión que investigue los crímenes contra la población civil de los que se acusa a las fuerzas de Muamar al Gadafi.

Como resultado de esa sesión, la Asamblea General de la ONU suspendió posteriormente, en una decisión inédita, la participación de Libia en el CDH.

Siria no forma parte de este órgano.