Un grupo de familiares de siete víctimas del 11-S ha presentado una demanda en un tribunal de Nueva York en la que supuestamente ofrecen pruebas "claras y convincentes" de que Irán estuvo "directamente implicado" en aquellos ataques terroristas, de los que este año se cumple una década.

Según los documentos presentados en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York que se podían verse ayer en los registros electrónicos del sistema judicial estadounidense, "Irán proveyó de material a Al Qaeda antes, durante y después de los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001, especialmente facilitándoles viajes y ofreciéndoles refugio".

En esos documentos se asegura poseer el testimonio de antiguos miembros de los servicios de inteligencia iraníes que respaldan la "directa participación de altos oficiales del gobierno de Irán en la planificación y preparación de los ataques del 11-S".

Los testimonios de esos exoficiales iraníes, cuyos nombres no fueron facilitados, se presentarán bajo secreto de sumario como prueba clave de la demanda, que busca una compensación para los familiares de las siete víctimas de esos atentados que acabaron con la vida de cerca de 3.000 personas.

Saber la verdad

"Hoy, casi una década después de los ataques que se llevaron la vida de tantos de nuestros seres queridos, creemos que las familias de las víctimas del 11-S y todos los estadounidenses merecen saber la absoluta verdad sobre la complicidad de Irán", dijo en un comunicado tras presentar la demanda uno de los abogados de las víctimas, Thomas Mellon.

Los demandantes aseguran que Imad Mughniyah, el que fuera jefe del grupo libanés Hizbulá hasta que fue asesinado en Siria en 2008, fue el principal enlace entre los líderes iraníes y el grupo terrorista Al Qaeda, de forma que Mughniyah "jugó un papel activo en planear los atentados" del 11 de septiembre.

Según los testimonios de los exoficiales iraníes, tanto Mughniyah como diferentes altos mandos del gobierno iraní ayudaron a líderes de Al Qaeda a escapar de Afganistán cuando EEUU entró en ese país tras los ataques del 11-S, al tiempo que se les ofreció un refugio en Irán.

"Las pruebas de la implicación de Irán con Al Qaeda en los sucesos del 11 de septiembre es como tratar de unir un gran rompecabezas donde muchas de las piezas han desaparecido y nunca van a ser encontradas.