Los talibanes se hicieron ayer en un golpe de efecto con el control de dos distritos de Nuristan, una provincia del este de Afganistán fronteriza con Pakistán, confirmó el gobernador provincial, Yamaludín Báder.

El gobernador provincial precisó que a media tarde proseguían los combates en el área y que 17 insurgentes y dos policías habían perdido la vida en los enfrentamientos acaecidos en el distrito de Duab, uno de los que cayeron en manos de los insurgentes.

A última hora de la tarde la situación era aún confusa y el canal de televisión local Tolo apuntaba que las fuerzas del Gobierno habían recuperado el control de al menos uno de los dos distritos en disputa tras el ataque talibán, iniciado la noche del martes.

"Hemos pedido ayuda al ministerio de Defensa, pero no nos han respondido", denunció el gobernador Báder, que añadió que "nos faltan armas pesadas y nuestra munición no es suficiente para contener a los rebeldes, entre los que según nuestros servicios de inteligencia hay más de 500 árabes, chechenos y paquistaníes ".

El portavoz del ministerio de Defensa afgano, Zahir Azimi, calificó por la mañana la ofensiva talibán de "propaganda". Afirmó que el Ejército afgano está "plenamente capacitado para contrarrestar todo ataque talibán" y anunció una ofensiva militar para acabar con los ataques insurgentes en Nuristán.

Zona montañosa

Durante la jornada se sucedieron versiones contradictorias sobre la toma de los distritos por parte de la insurgencia después de que el jefe de la Policía provincial, Shasur Rahman, admitiera por la mañana "una retirada táctica de la policía de sus cuarteles en el distrito de Duab", al oeste de la provincia.

Horas después, fuentes de la misión de la OTAN reconocieron en rueda de prensa que se desarrollaban combates en la zona y precisaron que las fuerzas internacionales estaban "prestando asistencia" a las tropas afganas.

Los talibanes ya capturaron hace un año los distritos de Waygal y Bargi Matal en esa misma provincia, pero fueron recuperados pocos días después por una contraofensiva conjunta del Ejercito afgano y las tropas de la misión de la OTAN.

La conflictiva provincia de Nuristán es una región montañosa en la que los insurgentes son muy activos porque aprovechan la proximidad de la porosa frontera paquistaní, que les permite huir de las fuerzas de uno y otro país.