Los crímenes del excomandante militar, Ratko Mladic, fueron la prueba de la brutalidad por la que se caracterizó la guerra de Bosnia al desintegrarse Yugoslavia. Han hecho falta dieciséis años y una promesa, la adhesión a la Unión Europea, para que las autoridades serbias hallaran y detuvieran al principal acusado del genocidio en los Balcanes. Por primera vez, este viernes, Mladic comparecerá ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) como presunto criminal de guerra serbo-bosnio, según ha confirmado este miércoles el fiscal de dicho tribunal, Serge Brammertz, quien ha agradecido a Serbia el arresto. Desde su llegada al centro de detención de La Haya, según el secretario del TPIY, se está mostrando "extremadamente cooperativo", escucha atentamente las informaciones que se le transmiten y no presenta ninguna tendencia suicida.

Hace ya seis días que el cargo militar más importante durante la guerra de Bosnia fue detenido en el norte de Serbia "acusado de crímenes que asombraron a la opinión pública internacional y que simbolizaron la brutalidad de la guerra de Bosnia". Así ha descrito este miércoles el fiscal de Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, Serge Brammertz, los motivos que han llevado a Ratko Mladic a sentarse después de dieciséis años en el banquillo.

"Es difícil expresar con palabras la importancia del traslado de Mladic a La Haya, pero el proceso sólo acaba de empezar y no debemos olvidar que miles de víctimas siguen esperando justicia", ha declarado el fiscal durante una rueda de prensa extraordinaria en la sede del TPIY. En cualquier caso, tal y como ha señalado Brammertz, "Mladic disfrutará de un juicio justo y se respetarán todos sus secretos".

Tras admitir que los "incentivos políticos", como la adhesión a la Unión Europea, jugaron un papel importante en la decisión de Serbia de intensificar la persecución contra el exgeneral del país balcánico, el fiscal ha expresado su "agradecimiento" al presidente serbio, Boris Tadic, así como a sus servicios de seguridad y a las autoridades implicadas. "Hoy tenemos la satisfacción de que ha sido detenido", ha señalado para añadir que han "pedido a las autoridades serbias que continúen así, porque queremos que se detenga a el presunto criminal de guerra serbo-croata Goran) Hadzic".

Contrariamente a los argumentos del abogado y del hijo de Mladic, según los cuales el detenido, de 69 años, está desorientado y mentalmente discapacitado para comparecer judicialmente, el secretario del TPIY ha declarado que el presunto criminal de guerra "ha sido extraordinariamente cooperativo" y que no han "tenido ningún problema de entendimiento con él". Asimismo, Hocking ha asegurado que el antiguo militar es plenamente dueño de sus actos.

NI UNA PALABRA SOBRE LOS CARGOS, "MUCHAS PREGUNTAS SOBRE EL PROCESO"

"No ha hecho ningún comentario sobre los cargos que pesan contra él", ha explicado el secretario del Tribunal. En cambio, "ha hecho muchas preguntas sobre el proceso", añadió Hocking. "Realmente está prestando atención y escuchando las informaciones que le damos, tenemos buena comunicación", ha dicho.

En el pasado, Mladic había asegurado que se quitaría la vida antes de acabar en poder del Tribunal de la haya. A este respecto, el secretario ha asegurado "categóricamente que no tiene ideas suicidas" a lo que ha proseguido afirmando que, "en estos momentos, no hay necesidad de ponerlo bajo vigilancia para impedir que se suicide".

Un médico del Tribunal esperaba este martes en el aeropuerto de La Haya al exgeneral serbo-bosnio, a donde llegó de Belgrado, y tras un primer análisis, determinó que estaba en condiciones de ser internado en el centro de detención de Scheveningen.

EL "OCULTAMIENTO DE RATKO MLADIC"

Sobre cómo pudo eludir Mladic su arresto durante dieciséis años nada se ha aclarado en la rueda de prensa de este miércoles. El fiscal del TPIY reconoció que no disponía de información en este sentido, aunque aseguró que ha pedido explicaciones al respecto a las autoridades de Belgrado. En todo caso, ha señalado que el "éxito" de la persecución de los responsables de los crímenes de guerra en la desaparecida Yugoslavia dependerá, en el futuro, de los sistemas judiciales de los propios países de la región.

"Queremos conocer quiénes han jugado un papel importante en el ocultamiento de Ratko Mladic a lo largo de los últimos años y queremos que rindan cuentas ante la justicia", ha declarado. Pese a que en los últimos meses se ha criticado mucho a Serbia "por su incapacidad para detener a Ratko Mladic y esperábamos que mejorase", finalmente, con el arresto del presunto criminal de guerra, Serbia ha cumplido "una de sus obligaciones internacionales más importantes", ha manifestado Brammertz.

Respecto a la declaración que leerá el próximo seis de junio ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la cooperación de Sebia con el TPIY, ha afirmado que, a estas alturas, no es posible modificar el informe, pero ha precisado que va a introducir una presentación en la que elogiará a Belgrado por la detenciónd e Mladic al tiempo que se mostraba convencido de que el Consejo de Seguridad la tendrá en cuenta.

EL PROCESO DEL EXPRESIDENTE SERBIO-BOSNIO

Aún es posible unificar los procesos contra el acusado del genocidio en los Balcanes y contra el expresidente serbio-bosnio Radovan Karadzic, según ha admitido el fiscal del Tribunal, aunque ha precisado que "aún no se ha tomado una decisión". En cualquier caso, ha adelantado que acaban "de presentar una enmienda a los cargos contra Mladic, pero no sé si es muy realista combinar los casos de Radovan Karadzic y Ratko Mladic".

Sin embargo, los cargos contra el criminal de guerra han reducido de quince a once cargos, a fin de "armonizarlos" con los de Radovan Karadzic, según dijo este martes la portavoz del Tribunal de La Haya, Nerma Jelacic. Estos once cargos incluyen dos de genocidio.

Concretamente, estos cargos de genocidio responden a su presunta implicación directa en la muerte de cerca de 8.000 varones bosniaco-musulmanes de todas las edades en el enclave bosnio de Srebrenica, en julio de 1995, y por hechos sucedidos entre mayo de 1992 y mayo de 1993 en las ciudades de Zvornik, Vlasenica y Visegrad, en el este de Bosnia, y en la llamada ''Kranija'' bosnia, en Prijedor y Kljuc.

Como antiguo comandante militar de los serbo-bosnios durante la guerra de Bosnia, entre 1993 y 1995, Mladic también está acusado por el TPIY de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por los actos de terror cometidos contra los civiles durante los 43 meses que duró el asedio de Sarajevo y por participar en "una amplia campaña de persecuciones, deportaciones, torturas y homicidios en 1992 en numerosas zonas de Bosnia y Herzegovina".

EL RECURSO DE LA DEFENSA

A última hora de este martes, Mladic fue trasladado a La Haya para comparecer ante el TPIY. Su extradición desde Serbia ha sido posible después de que un panel de tres magistrados del Tribunal Especial para Crímenes de Guerra de Belgrado rechazara el recurso presentado por su abogado, Milos Saljic, para impedir el traslado.

En este recurso, se alegaba que su cliente no sobreviviría al viaje, ni sería capaz de llevar a cabo su propia defensa debido a su delicado estado de salud, al que se ha referido reiteradamente como "alarmante".

Pero para la embajadora de Bosnia en Países Bajos, Miranda Sidra-Kamisalic, quien ha podido reunirse con el exmilitar a su llegada a La Haya, afirmó en declaraciones a una televisión bosnia, que "parecía estar completamente bien, en buenas condiciones de salud, centrado y racional, definitivamente ha entendido todo lo que le he dicho".