El jefe de Estado yemení, Alí Abdalá Saleh, resultó ayer herido leve en un atentado contra el complejo presidencial en Saná, que también causó la muerte de siete oficiales de seguridad y lesiones a varios responsables gubernamentales.

Un ayudante del presidente que pidió el anonimato dijo que Saleh sufrió heridas leves en la parte posterior de la cabeza por las esquirlas de un proyectil que alcanzó una mezquita en el interior del complejo presidencial, donde fue tratado el gobernante.

Un comunicado oficial, publicado por la agencia de noticias estatal Saba y que citaba una fuente de la Presidencia, indicó que Saleh se encontraba "bien y en buen estado de salud", pese a las heridas sufridas. La nota explicó que "durante el rezo se perpetró un traidor ataque con un proyectil en la parte delantera de la mezquita justo cuando estaba allí el presidente acompañado de altos cargos del gobierno" y que sufrió heridas el imán del templo.

Según el asistente de Saleh, en el atentado resultaron heridos graves el presidente de la Cámara Alta del Parlamento, Yehia al Rai, y el gobernador de Saná, Neeman Duid. Además, sufrieron lesiones leves el primer ministro, Alí Mohamed al Muyawar; el presidente de la cámara baja del Parlamento, Abdelaziz Abdelgani; el viceprimer ministro para Asuntos de Defensa y de Seguridad, Rashad al Alemi, y el secretario de Prensa de Saleh, Abdo Boryi.

En una grabación de audio transmitida anoche por la televisión estatal, el propio Saleh clamó venganza contra el jefe tribal opositor Sadeq al Ahmar y sus hermanos, a los que acusó del ataque.

A lo largo del día de ayer, varias fuentes gubernamentales, que insistieron en que Saleh se encontraba en buen estado de salud tras el atentado, habían adelantado que hablaría en un discurso o en una posible rueda de prensa. Al final se difundió una grabación de audio de menos de cinco minutos en la que podía apreciarse que le costaba respirar.

El presidente prometió eliminar "las bandas" de Al Ahmar y les acusó de ocupar instituciones del Estado y ministerios, saquear bienes y de no tener ninguna relación con las revueltas populares.

"Los que cometieron esto son elementos fuera de la ley y agentes de la traición, que hirieron a algunos responsables y mataron a siete oficiales", dijo Saleh, que prometió perseguir a "los criminales" en colaboración con las fuerzas de seguridad.

El presidente reveló, además, que el coronel Mohamed Jatib, jefe de la Seguridad Especial del Presidente, está entre los fallecidos.

La cadena emiratí Al Arabiya, que citó una fuente del gobernante Partido del Congreso General Popular, apuntó que Saleh está ingresado en un hospital del Ministerio de Defensa donde está siendo tratado; información que no ha sido confirmada oficialmente.

Antes de la difusión del mensaje de Saleh, la oficina de Al Ahmar, líder de la tribu Hashed, negó toda implicación en el atentado y acusó al mandatario de orquestar el ataque para justificar los bombardeos a las viviendas de su familia.

Choques armados

Y es que ayer fue bombardeada la casa del hermano menor de Al Ahmar, Hamid, principal patrocinador de las revueltas contra Saleh, dijeron por teléfono testigos. Estos señalaron que más de diez explosiones sacudieron ayer el barrio diplomático de Hedda en el sur de Saná, donde se encuentra el domicilio del hermano de Al Ahmar y cerca del complejo presidencial.

Los choques armados entre las fuerzas del régimen y los partidarios de Al Ahmar estallaron el 23 de mayo después de que Saleh rechazara por tercera vez firmar una iniciativa presentada por los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para una transferencia pacífica del poder.

Por otro lado, en Taiz, en el sur, al menos cinco personas -tres reclutas de la Policía y dos manifestantes- murieron y otras 27 resultaron heridas durante protestas, según fuentes del hospital militar de la ciudad.

Fuentes de los servicios de seguridad apuntaron que las víctimas se produjeron por el impacto de misiles lanzados contra la Policía por miembros de la tribu Seraeb, en represalia por el trato que reciben los manifestantes por parte de los agentes del orden.