El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, intenta coordinar hoy con sus ministros el nuevo paquete de medidas de austeridad que permitirá un ahorro de 78.000 millones de euros hasta 2015, mientras siguen las protestas ciudadanas y las discrepancias en el seno del partido socialista PASOK.

Papandréu informará hoy al consejo de ministros de la reunión que mantuvo el pasado viernes en Luxemburgo con el presidente del eurogupo, Jean-Claude Juncker.

Cada vez más miembros del gubernamental PASOK rechazan nuevos recortes y subidas de impuestos, después de que se han revelado insuficientes los sacrificios efectuados desde hace ya un año para que Grecia pueda volver a los mercados financieros para pagar sus deudas sin el apoyo de los europeos.

Según los medios atenienses, Papandréu busca obtener el apoyo de los 156 diputados de su grupo para avanzar con los cambios, de los cuales depende un nuevo rescate europeo y el quinto tramo de ayuda externa, de 12.000 millones de euros, para julio.

De aprobarse, se prevé que el nuevo paquete de medidas inmediatas -algunas de ellas entrarían en vigor el 1 de julio- aumentarán los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria, los carburantes, las bebidas no alcohólicas y el tabaco, entre otros.

Hoy continúan las protestas de los trabajadores con un paro de 12 horas del metro y una huelga de 24 horas en el Post Bank.

Los empleados del metro de Atenas han iniciado esta madrugada un paro que concluirá a las 16.00 (13.00 GMT), cuando se reanudará el servicio para facilitar el acceso a la manifestación que celebrarán "los indignados", por decimotercera jornada.

Los empleados del Post Bank se oponen a la inclusión de esta institución en el gigantesco paquete de privatizaciones de empresas y organismos estatales con las que el Gobierno espera recaudar unos 50.000 millones de euros hasta 2015.

Por razones similares, los trabajadores del sector público han sido convocados por su sindicato a un paro de cuatro horas el próximo jueves.

Anoche se celebró de forma pacífica una de las mayores concentraciones de protesta, en la plaza central Sintagma de Atenas, en la que participaron entre 80.000 (según cálculos de la policía) y 100.000 personas (según varios medios griegos).

También en otras ciudades griegas, los "indignados" helenos salieron a la calle para expresar su descontento con la política del Gobierno y contra los nuevos y dolorosos recortes que obtuvieron el visto bueno de los expertos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.