Una veintena de personas murieron hoy en tres ataques de aviones espía de EEUU después de que ayer dos atentados dejaran igual número de víctimas mientras aumenta la violencia en Pakistán desde la muerte de Bin Laden.

Los atentados de ayer tuvieron lugar en dos mercados de la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkwa (KPK), mientras que los ataques con aviones no tripulados tuvieron lugar hoy en el área tribal de Waziristán del Sur, en el oeste del país.

Los dos primeros bombardeos atacaron sendas viviendas en los alrededores de la localidad de Wana, donde el sábado otro ataque de este tipo mató a otros nueve presuntos insurgentes, entre ellos un alto mando de Al Qaeda, el paquistaní Ilyas Kashmiri.

El tercer bombardeo, realizado pocas horas después, tuvo como blanco un vehículo en el área de Shawal, y acabó con la vida de al menos cuatro presuntos rebeldes.

Aunque no hay un recuento oficial, desde principios de años se calcula que ya ha habido cerca de medio centenar de ataques con aviones espías, según el "think tank" paquistaní Instituto Paquistaní de Estudios por la Paz (PIPS).

Durante el último mes ha habido al menos siete ataques con aviones no tripulados en las áreas tribales de Waziristán Norte y Sur, que han dejado al menos 60 presuntos insurgentes muertos.

Los bombardeos desde aviones no tripulados, a pesar de la controversia que generan en algunos círculos políticos de Islamabad, son uno de los principales instrumentos de la lucha contra los rebeldes en la zona más caliente de las áreas tribales paquistaníes.

"En los últimos días los bombardeos se están centrando en Waziristán del Sur, que teóricamente estaba limpio de insurgencia, pero muchos combatientes talibanes y de Al Qaeda que estaban al norte temen una ofensiva terrestre y empiezan a dispersarse", explicó el analista paquistaní del PIPS Abdul Basir.

"Hay pistas de que la tan anunciada operación en Waziristán del Norte va a tener lugar y quizás la más significativa es que ha aumentado la presión militar y la violencia en las otras áreas tribales, especialmente en Waziristán del Sur", afirma Basir.

Waziristán del Norte y del Sur son dos de la áreas tribales que han sido refugio de numerosas facciones yihadistas y talibanes, tanto afganas como paquistaníes.

En octubre de 2009 el Ejército paquistaní desató en Waziristán del Sur una gran ofensiva denominada Rah-e-Nijat" (Camino de la Liberación) que, según fuentes militares, acabó con cientos de insurgentes, pero ahora sus efectos parecen haberse diluido.

Desde hace más de un año Washington presiona a Islamabad para que comience una ofensiva en Waziristán del Norte similar a las que llevó a cabo en otras regiones tribales, fronterizas con Afganistán.

"Las Fuerzas Armadas han sido hasta ahora muy reticentes a hacerlo, pero la situación de Pakistán ha cambiado totalmente después de la operación de los comandos de EEUU que acabó con Bin Laden el pasado 2 de mayo", afirma Basir.

Los talibanes paquistaníes (TTP en sus siglas en urdu) prometieron vengar la muerte del líder de Al Qaeda el mismo día de su muerte en la ciudad paquistaní de Abbottabad.

El último capítulo de esa venganza se vivió ayer, cuando los insurgentes provocaron la muerte de al menos 24 personas en dos atentados, el segundo de ellos suicida.

Seis personas murieron ayer por la mañana a causa de una bomba situada junto a una parada de autobús y activada a distancia en la capital provincial, Peshawar.

El segundo atentado tuvo lugar de noche y se produjo en un mercado cercano a la ciudad de Nowshera, cuando un talibán se hizo explotar en una panadería y dejó al menos 18 personas muertas y más de 40 heridas.

Los atentados realizados por los insurgentes paquistaníes desde la muerte de Bin Laden han dejado en total cerca de 150 víctimas, la mayoría miembros del Ejército paquistaní, principal objetivo de las acciones armadas del movimiento talibán de este país.