Los jefes de Estado y Gobierno de la zona euro iniciaron hoy una cumbre crucial para el futuro de la moneda europea convencidos de que habrá un acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia que ponga fin al acoso de los mercados.

La posibilidad de un acuerdo entre los 17 líderes del euro se materializó tras el pacto alcanzado la pasada noche en Berlín entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en una larga reunión a la que también se sumó el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.

Si bien los detalles de ese pacto no se han desvelado, los pocos líderes que hablaron al llegar a esta cumbre extraordinaria se mostraron convencidos de que habrá un acuerdo.

"Cuento con que habrá un nuevo paquete de ayuda a Grecia", afirmó Merkel en unas declaraciones al llegar a la sede del Consejo Europeo, en las que dijo que un nuevo rescate griego enviaría una "importante señal" a los mercados, que en las últimas semanas han castigado a otros países periféricos como España e Italia.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se mostró "seguro de que encontraremos una buena solución para Grecia y para todos los miembros de la zona euro".

En la misma línea, el presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, apuntó su convencimiento de "encontrar hoy una buena solución" y consideró "útil" la reunión franco-alemana de ayer.

Juncker insistió en que "necesitamos una solución global, porque no nos podemos reunir cada dos semanas" ni tampoco aportar cada 14 días "soluciones parciales", aunque después queden los trabajos técnicos para concluir el programa de ayuda.

Sin embargo, no descartó que la fórmula final del programa de rescate griego incluya un impago parcial de la deuda de ese país, aunque subrayó que se debe hacer todo lo posible para evitar ese escenario.

"Uno nunca puede excluir esa posibilidad", pero "debe hacerse lo posible" para evitarla, señaló Juncker.

Alemania y otros países de la zona euro han venido insistiendo durante meses en que el sector privado debe tener una participación sustancial en el segundo rescate, para que no recaiga solo en los estados.

Antes de la cumbre, la idea de una posible tasa a la banca se había convertido en una hipótesis muy manejada, pero diversas fuentes han apuntado hoy a que esta cuestión podría quedar abandonada.

"No creo que se llegue a un acuerdo sobre la tasa", declaró Juncker, quien negó también que el euro esté en peligro, pese a la crisis de la deuda y el acoso de los mercados sobre varios países periféricos, incluida España.

El primer ministro belga, Yves Leterme, dijo que se ha propuesto un texto con dos elementos básicos: asegurar la sostenibilidad financiera de Grecia a largo plazo y reforzar la integración económica europea.

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, pidió un acuerdo que "traiga certidumbre y decisión a la estabilidad" de la moneda única, y recordó que su Gobierno reclamará una revisión de los intereses de su deuda. "Europa ha venido junta a tomar decisiones", afirmó.

La cumbre es "muy importante", señaló el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la red social Twitter, en la que dijo que espera "discusiones constructivas".

El canciller austríaco, Werner Faymann, apostó por alargar los plazos de tal manera que Grecia no se ahoga y por fomentar nuevas inversiones, aunque admitió que la reunión de hoy "no eliminará todos los problemas" de golpe.

La nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ministra francesa de Finanzas hasta hace pocas semanas, Christine Lagarde, también llegó a la reunión, en la que participan además representantes de algunos de los principales bancos europeos.

El segundo rescate griego ha sido calculado de forma general por diversas fuentes en torno a unos 110.000 millones de euros, una cifra similar a la del primer acuerdo alcanzado en mayo del año pasado.