Las fuerzas especiales de la Policía kosovar, que ocuparon el lunes dos pasos fronterizos con Serbia, se han retirado de la zona, aunque se mantiene la tensión tras una operación en la que falleció un policía kosovar.

"Las fuerzas especiales han cumplido su misión. Fueron desplegadas en los pasos fronterizos y han puesto la situación bajo control. Han posibilitado que la Policía de fronteras y los aduaneros hagan su trabajo", anunció un portavoz policial al informar sobre la retirada de los agentes kosovares.

El despliegue fue justificado por el Gobierno de Pristina en la necesidad de aumentar el control aduanero, después de que Kosovo prohibiera la pasada semana la importación de mercancías serbias.

Durante la operación de toma de los puestos se produjo un tiroteo entre los agentes kosovares y la población serbia de la localidad de Zupce, durante la que un policía fue gravemente herido y falleció más tarde en el hospital.

Kosovo ha prohibido la importación de bienes serbios en respuesta al veto a sus productos impuesto por Serbia, que no reconoce la soberanía de su exprovincia ni sus símbolos estatales, como los sellos aduaneros.

Pese a la prohibición, las mercancías serbias habían seguido entrando por los pasos fronterizos del norte de Kosovo, donde se concentra la mayoría de población serbia, que sigue fiel a Belgrado.

La UE ha condenado el paso dado por Kosovo y ha pedido a ambas partes que negocien una solución.

Representantes de los dos países, bajo la mediación de las KFOR, las fuerzas de la OTAN en Kosovo, continuarán hoy negociando una solución a este conflicto, en una nueva ronda de los contactos que comenzaron hace 48 horas.

Belgrado reclama que se restablezca la situación anterior a la operación kosovar y que los pasos vuelvan a estar controlados por policías kosovares de etnia serbia, como hasta ahora.