Los rebeldes libios se aprestan a lanzar en las próximas horas el asalto final a Sirte, una vez finalizado el ultimátum fijado por éstos para que los habitantes dejen la ciudad. El presidente del Consejo de Transición Libio (CNT, órgano político de la rebelión), Mustafá Abdulyalil, dijo el pasado sábado que los rebeldes habían informado a los habitantes de Sirte, ciudad natal del depuesto líder libio, Muamar al Gadafi, de que disponían de cuarenta y ocho horas para abandonar la región.

Ahmed Bani, portavoz militar del CNT, recordó una vez más que el asalto final contra esta ciudad había sido aplazado por la presencia de miles de civiles. Desde hace más de una semana miles de familias originarias de esta ciudad, situada a 360 kilómetros al este de Trípoli, han huido de la zona en dirección a Misrata, la ciudad vecina en el oeste. Pero una parte de la población, privada de las condiciones de vida más elementales, permanece todavía en la ciudad.

Según los rebeldes libios, los habitantes que se han quedado en Sirte han sido tomados como rehenes por las brigadas fieles al antiguo régimen, que les utilizan como escudos humanos.

Con la toma del aeropuerto, de la vía rápida que atraviesa la ciudad y de uno de los cuarteles gadafistas más importantes, los rebeldes afirman controlar al menos el 80 por ciento de Sirte, pero reconocen que hacen frente a una fuerte resistencia en algunas zonas.

"Cuando todo el centro de la ciudad sea evacuado por sus habitantes, la toma de Sirte será una cuestión de horas", garantizó Bani. Los rebeldes destruyeron ayer dos vehículos llenos de munición, pero los cañones gadafistas alcanzaron un hotel de la ciudad en el que había decenas de insurgentes.