El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha condenado el incendio de la mezquita de Tuba-Zangariya, en la región de Galilea, en el norte de Israel, atacada anoche por desconocidos que realizaron pintadas antiárabes en los muros del templo, y ha asegurado que estos ataques "no tienen cabida" en Israel.

"El primer ministro se puso furioso cuando vio las imágenes y declaró que este incidente contradice los valores del Estado de Israel como la libertad religiosa y la libertad de culto", ha informado la oficina de Netanyahu en un comunicado.

"Las imágenes son impactantes y no tienen cabida en el Estado de Israel", ha afirmado Netanyahu, según el texto difundido por su oficina. El interior de la mezquita ha quedado totalmente destrozado por el ataque y los libros sagrados que había en su interior han quedado calcinados.

La Policía israelí ha informado de la detención de varias personas por su presunta implicación en el ataque y el comandante de la Policía para el Distrito Norte, Roni Atia, ha calificado los incidentes de "muy graves".

"Es evidente que ha sido obra de extremistas judíos. Pese a las discrepancias internas que hay aquí, nadie se atrevería a dañar la mezquita", ha explicado uno de los vecinos de Tuba-Zangariya.

En la mañana del lunes un grupo de vecinos de la zona, de mayoría árabe, se han manifestado para protestar por el ataque. Un grupo de unas 300 personas se ha enfrentado a la Policía israelí lanzando piedras y levantando barricadas de neumáticos en llamas en las principales carreteras. La Policía israelí ha respondido utilizando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, ha informado el diario israelí ''Haaretz'' citando fuentes policiales.