El régimen de Damasco liberó ayer a 1.180 presos detenidos durante las protestas contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en un gesto que se produce horas antes de que entre en vigor la suspensión de Siria de la Liga Árabe y en medio de un recrudecimiento de la violencia.

Con la excarcelación de las personas implicadas en la revuelta a los que no se le imputen delitos de sangre, las autoridades tratan, según la oposición, de ganar tiempo y evitar que hoy entre en vigor su suspensión de la organización panárabe, decidida el pasado sábado en El Cairo por la mayoría de estados miembros.

No obstante, el miembro de la plataforma opositora Consejo Nacional Sirio (CNS) Hozam Ibrahim apuntó que la liberación de los presos es "una maniobra más del régimen". A su vez, indicó que no disponen de listas con los nombres de los liberados, por lo que no pueden confirmar que se trate de activistas, opositores o gente implicada en las protestas contra Al Asad.

Además, resaltó que la cifra es insignificante si se compara con el total de detenidos por los servicios secretos sirios en relación con la revuelta, que, según Ibrahim, supera las 20.000 personas.

Pese a la liberación de los detenidos, la violencia no ha cesado en Siria y las fuerzas de seguridad siguen desplegadas en las calles.

De hecho, los grupos opositores denunciaron ayer la muerte de entre 50 y un centenar de civiles durante los incidentes de las últimas jornadas.

Por este motivo, el CNS hizo un llamamiento a Rusia, los países árabes y a la comunidad internacional en su conjunto a coordinarse para "aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la defensa de los manifestantes pacíficos en Siria".

En esta línea, uno de sus dirigentes, Burhan Galion, subrayó que "la defensa de la población civil no es una injerencia militar, se trata del envío de observadores de la ONU, por ejemplo de cascos azules".

Altos del Golán

En otro contexto, Galion puntualizó que exigirá a Israel la devolución de los Altos del Golán si asume el poder tras una supuesta caída del régimen de Al Asad.

Entre tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó ayer "enérgicamente" los ataques producidos recientemente en Siria contra varias embajadas y oficinas consulares, y pidió a Damasco que proteja las propiedades y el personal diplomático de acuerdo con sus obligaciones internacionales.

El ministro de Energía turco, Taner Yildiz, amenazó ayer con cortar el suministro eléctrico a Siria sigue cometiendo "crímenes contra la humanidad". Por su parte, el exministro español de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos afirmó que a Bachar Al Assad, "le queda muy poco tiempo".

Por contra, el Gobierno iraquí expresó su rechazo a la intervención extranjera en Siria y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reunió con miembros del CNS que le reiteraron su intención de no dialogar con Al Assad si no aparece de por medio la palabra "democracia".