El presidente de EEUU, Barack Obama, urgió ayer a la oposición republicana a aprobar su plan de fomento del empleo y especialmente la prórroga de las rebajas fiscales para las clases medias, al día siguiente del fracaso de las negociaciones bipartidistas sobre la reducción del déficit del país.

En una gira política por Manchester (Nuevo Hampshire), Obama volvió a echar la culpa de la situación a los republicanos, que no sólo impidieron el acuerdo en el llamado "supercomité" sobre el déficit, sino que "se niegan siquiera a debatir", según él, el plan para la creación de empleo.

Un elemento de ese plan es la prórroga de la rebaja de las retenciones fiscales sobre las nóminas rebaja que expira a finales de año y que, de no autorizarse, supondría un aumento impositivo medio para los estadounidenses de 1.000 dólares en 2012, en el peor momento, porque la economía no termina de despegar.

Los republicanos, partidarios entusiastas de la reducción de impuestos, se niegan a aceptar el plan de empleo de Obama, incluida esa medida, porque para financiarlo se prevé un aumento de la imposición sobre los ciudadanos más ricos.

"Hay en el país un profundo sentido de frustración", declaró Obama. "Éste es un país donde se supone que uno cosechará los frutos del trabajo duro y la responsabilidad".