La votación de una polémica ley francesa que castiga con la cárcel la negación de que la masacre de armenios en 1915 a manos del Imperio Otomano fue un genocidio, ha vuelto a poner de relieve la controversia histórica más amarga de Turquía.

El conflicto empezó a gestionarse a partir de 1880, con el surgimiento de corrientes nacionalistas tanto en la sociedad turco-musulmana como entre los más de dos millones de cristianos armenios que habitaban el Imperio Otomano.

En 1890, los armenios crearon el partido Dashnaktzutiun ("Federación Revolucionaria", en armenio) que abogaba por un Estado autónomo armenio y armaba milicias para defenderse contra operaciones de castigo del Gobierno otomano.

A finales del siglo XIX, las masacres cometidas por militares otomanos en respuesta a la insurgencia armenia causaron unas 50.000 víctimas, según datos del Gobierno británico de la época.

A inicios del siglo XX, el Dashnaktzutiun apoyó el movimiento nacionalista de los "Jóvenes Turcos" y su revolución contra el sultán, lo que en 1908 conllevó una mayor presencia de diputados armenios en el Parlamento otomano, pero no la autonomía.

Los aliados acabaron enfrentados y en abril de 1915 las milicias armenias defendieron la ciudad armenia de Van contra el ejército otomano, hasta su liberación por tropas rusas.

El mismo mes, el Gobierno de los Jóvenes Turcos empezó con la deportación masiva de la población civil armenia de todas las provincias anatolias hacia Siria, entonces parte del Imperio.

Teóricamente se trataba de "reubicar" a los armenios en las regiones árabes, lejos de la conflictiva zona fronteriza del Cáucaso, donde podrían, según se temía, servir de "quintacolumna" para los intentos de invasión del imperio ruso.

En realidad, gran parte de los deportados murieron por el camino, bien asesinados por soldados otomanos o por mercenarios kurdos, bien por hambre o enfermedades.

La falta de alimentos exterminó a prácticamente todos los que llegaron vivos a los campos de concentración en Deir ez Zor, en la actual frontera sirio-iraquí.

Algunos historiadores calculan que entre 1915 y 1923, un millón y medio de armenios murieron directamente por las masacres y la deportación, mientras que otro medio millón se vio forzado a huir al extranjero.

Turquía no reconoce estos hechos como "genocidio" sino que los considera "lamentables excesos" cometidos durante una guerra entre las fuerzas del orden y las milicias armenias, aliadas con Rusia.

En 1919, un tribunal militar otomano sentenció y ejecutó a tres responsables de las masacres, tras caer el Gobierno de los Jóvenes Turcos en la I Guerra Mundial.

En Turquía viven hoy 30.000 armenios, la mayoría en Estambul, que tienen reconocido desde 1924 el estatus de minoría religiosa, con derecho a mantener colegios privados con educación en su idioma.

En 2010, los armenios turcos conmemoraron por primera vez públicamente el genocidio, aunque hasta hace muy poco la Justicia turca consideraba un "insulto a la ''turquicidad''" ese término, ya que la persecución de los armenios estaba asociada a la formación del estado nacional turco, logrado en 1923.

También juega un factor el que el genocidio es un delito que no prescribe y que el partido Dashnaksutyun -aún activo en Armenia, aunque minoritario-, ya ha anunciado que tras reconocerse el crimen, el siguiente paso será pedir compensaciones.