Al menos siete personas murieron hoy en Siria como consecuencia de las torturas y disparos de las fuerzas de seguridad, apuntó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que pidió a los observadores de la Liga Árabe una visita urgente a las zonas afectadas.

En un comunicado, el Observatorio detalló que en la localidad de Al Haula, en la provincia de Homs (centro), los cadáveres de cuatro ciudadanos que habían sido detenidos en la madrugada de hoy aparecieron en las calles con señales de tortura.

Junto a ellos apareció otro ciudadano que también había sido arrestado y que presentaba heridas graves.

El grupo opositor pidió a los observadores de la organización panárabe que llegaron el pasado jueves al país que visiten urgentemente esa zona para documentar "esas graves violaciones de los derechos humanos, que son una pequeña parte de lo que está pasando en Siria".

En la provincia de Deraa, en el sur del país, dos ciudadanos -entre ellos, un menor de edad- murieron hoy como consecuencia de los disparos de las fuerzas de seguridad que recibieron ayer en la localidad de Naua.

En ese mismo municipio, las fuerzas de seguridad dispararon hoy contra las personas que participaban en el funeral de un fallecido durante las protestas y acabaron con la vida de otra persona e hirieron a otras ocho.

Las fuerzas militares irrumpieron con tanques y blindados en la localidad de Basar al Harir y en la zona de Al Luyat, también en Deraa, en busca de decenas de soldados desertores que se esconden en esos lugares, añadió el Observatorio.

Las provincias de Homs y Deraa son dos de los principales bastiones de la oposición al régimen de Bachar al Asad, escenario a menudo de enfrentamientos entre las tropas leales al presidente sirio y los disidentes.

Un primer grupo de observadores de la Liga Árabe se encuentra en Siria después de la firma el pasado lunes de un protocolo por el que las autoridades del país aceptaron la visita de los expertos, encargados de comprobar en el terreno que el régimen cumple con la iniciativa árabe de solución a la crisis.

Dicha iniciativa estipula, entre otros puntos, el cese de la violencia y el repliegue militar de las ciudades.

Ayer, esos observadores visitaron la zona de Damasco en la que dos atentados suicidas acabaron con la vida de al menos 44 personas e hirieron a otras 166, según el Gobierno sirio, que culpó de lo ocurrido a la organización terrorista Al Qaeda y alertó del aumento de las acciones de grupos armados islamistas.

Desde que comenzaron las protestas en marzo pasado, más de 5.000 personas han fallecido por la represión del régimen en Siria, según las últimas cifras de la ONU.