Un día antes del funeral de Kim Jong-il, el escenario de poder en Corea del Norte es cada vez más nítido y muestra un país liderado por Kim Jong-un, heredero de una dinastía autócrata legitimada por la propaganda, las armas y el aislamiento.

La televisión norcoreana KCTV continuó hoy, en el último tramo del luto que terminará el día 29, emitiendo escenas de dolor y condolencias al joven Kim Jong-un en el Palacio Memorial de Kumsusan, donde se exhibe el cuerpo sin vida del fallecido líder.

Las imágenes mostraron a funcionarios postrándose ante el féretro de cristal de Kim, mientras grandes coronas de flores blancas con crespones negros continuaban llegando al velatorio, por el que han desfilado la última semana las cúpulas de las Fuerzas Armadas y del Partido de los Trabajadores.

El aparato propagandístico del régimen también siguió dedicando a Kim Jong-un calificativos como el de "sagaz líder" con el fin de encumbrar a un sucesor que, por su juventud (se cree que tiene menos de 30 años) y falta de experiencia, despierta razonables dudas.

Desde que, enfermo su padre, Kim Jong-un fuera nombrado general de cuatro estrellas y vicepresidente de la comisión Militar Central en 2010, Pyongyang le ha promocionado hábilmente como "gran sucesor", consciente de que un candidato ajeno a los Kim arriesgaría la unidad de un régimen obsoleto con aspiraciones de perpetuarse.

Por el momento se desconoce si el joven heredero ejercerá en la práctica el poder totalitario que supuestamente se le ha otorgado o si, por el contrario, tomarán las decisiones veteranos dirigentes del país, como Jang Son-thaek, cuñado del fallecido Kim Jong-il.

Muchos expertos en Seúl señalan estos días como posible futuro administrador del país a Jang, mano derecha de Kim Jong-il y siempre cercano a los círculos de poder, que el domingo apareció por primera vez con uniforme de general en la televisión norcoreana.

Otra figura clave que emerge estos días es Choe Ryong-hae, de 61 años, asesor de Kim Jong-un y quien, al igual que el designado sucesor, fue ascendido a general en 2010.

Choe, cuyo padre y él mismo mantenían una estrecha relación con el fundador del régimen y "presidente eterno", Kim Il-sung, gozaría de una influencia en las élites norcoreanas similar a la de Jang Son-thaek, respecto al cual goza además de un rango superior en el partido, según publicó hoy el diario surcoreano Chosun Ilbo.

Los analistas observan también al octogenario Kim Yong-nam, presidente de la Asamblea Popular de Corea del Norte, al que el español Alejandro Cao de Benós, delegado especial del Comité de Relaciones Culturales con el Extranjero norcoreano, ha denominado "la verdadera autoridad del país".

Las futuras relaciones con el exterior de la hermética Corea del Norte se han convertido en otra de las grandes incertidumbres en la comunidad internacional, donde nadie espera que Pyongyang tome decisiones trascendentes hasta que el jueves concluya el luto nacional por la muerte de Kim Jong-il.

Esta postura fue confirmada hoy por los viceministros de Corea del Sur y China, que en un encuentro celebrado en Seúl coincidieron en que "mantener la paz y la estabilidad" en Corea del Norte es la máxima prioridad para ambas naciones.

Aunque Seúl alude constantemente a la reunificación coreana e incluso existe un Ministerio dedicado a tal fin, en momentos delicados como el actual opta por la cautela y aboga por que se mantenga la estabilidad en el Norte, cuya evolución política puede tener consecuencias sobre la próspera economía del Sur.

Corea del Norte, cuya economía anclada en el comunismo más ortodoxo sufre una crisis constante desde los años 90, depende de la ayuda humanitaria exterior para alimentar a su población.

En contraste, la dinámica Corea del Sur, cuyo PIB per cápita multiplica por más de 15 al de su vecino, sigue abriéndose paso entre las principales economías del mundo.

Ante este panorama, una de las incertidumbres en la nueva etapa que se abre es si, siguiendo el ejemplo de China, la Corea del Norte de Kim Jong-un impulsará una apertura económica que dé alas a su desarrollo o por el contrario tratará de perpetuar su aislamiento y, con él, el régimen.