El líder espiritual de los musulmanes nigerianos, el sultán de Sokoto, Alhaji Sa''ad Abubakar, pidió hoy unidad nacional tras los atentados islamistas de Navidad, al término de una reunión con el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, para abordar la crisis de seguridad que atraviesa el país.

La reunión, que tuvo lugar en la residencia presidencial de la capital, Abuya, se produjo dos días después de que la secta islámica Boko Haram atacara iglesias cristianas en tres estados nigerianos, matando al menos a 40 personas.

Después de un encuentro de más de dos horas a puerta cerrada, el sultán condenó las explosiones de bombas el día de Navidad, según informó hoy la prensa nigeriana.

"Estamos totalmente en contra de estos sucesos y queremos condenarlos enérgicamente. Nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie. Todas las vidas son sagradas y deben ser respetadas y protegidas por todos. Esto va contra el islám y es impío", afirmó Abubakar.

El sultán añadió que acudió a la residencia presidencial para mostrar su apoyo al presidente, con el que analizó diversas formas de asegurar la estabilidad de la nación y sacar adelante el país.

Abubakar aseguró que musulmanes y cristianos deben trabajar juntos para superar estos desafíos y garantizar la unidad de la nación.

"Quiero asegurar a todos los nigerianos que no hay conflicto entre los cristianos y los musulmanes, entre el islám y el cristianismo".

"Se trata de un conflicto entre la gente de mala fe y la gente de buena fe; y la buena gente somos más que los malos. La buena gente debe unirse para derrotar a los malvados. Ese es el mensaje", aseguró el líder espiritual.

"Queremos garantizar a todos nuestros hermanos y líderes cristianos que estamos comprometidos con el camino de la verdad, de acuerdo con nuestra religión y que seguiremos trabajando, con la ayuda de Dios, por la grandeza de este país" añadió Abubakar.

El Sultán propuso a Jonathan, de religión cristiana, una gran reunión nacional que incluya a todos los líderes religiosos y jefes tribales para afrontar la situación.

Por último, hizo hincapié en la necesidad de que tanto los cristianos como los musulmanes cierren filas y trabajen juntos para luchar contra cualquier forma de violencia en el país.

Los sangrientos atentados de Navidad, perpetrados por la secta islamista Boko Haram, han desbordado al Gobierno de Nigeria, que ha recibido fuertes criticas desde la oposición y líderes religiosos por la falta de seguridad en el país y su incapacidad de aliviar las tensiones entre el norte, de mayoría musulmana, y el sur, cristiano.