Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) confirmaron hoy que pondrán en libertad, "tan pronto como se acuerden los protocolos necesarios", a seis de los once policías y militares que mantienen como rehenes.

Tres semanas después de haberlo anunciado a un colectivo de mujeres líderes latinoamericanas, los rebeldes ratificaron su decisión de entrega de estos uniformados, secuestrados desde el 11 de julio de 1999.

En un mensaje por su sitio en internet, el Secretariado (mando central) de las FARC anticipó que tres de los liberados serán los subintendentes Jorge Trujillo y Jorge Humberto Romero, y el cabo primero José Libardo Forero, todos policías, y señaló que "en breve" facilitará las otras tres identidades.

La ratificación de la entrega unilateral de estos cautivos fue recibida con cautela por el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien pidió a su titular de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que asumiera como su portavoz en este caso.

"Le he pedido al ministro de Defensa que exprese la posición y vocería única del Gobierno frente al comunicado de las FARC conocido hoy", escribió Santos en su cuenta de Twitter.

Poco antes, el vicepresidente Angelino Garzón había exigido a las FARC, en declaraciones recogidas por Caracol Radio, la entrega incondicional de todos los cautivos y había manifestado que Santos "está dispuesto a construir espacios de paz y de diálogo".

Garzón coincidió en parte con el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), quien escribió en Twitter que "ojalá liberen a los secuestrados y el país no le haga fiesta a los terroristas farc (sic)".

Los tres cayeron en manos guerrilleras durante un asalto de los rebeldes a la estación policial de la localidad de Puerto Rico, en el departamento del Meta.

La rafiticación "la recibimos con mucha alegría, con mucha esperanza", dijo la presidenta de Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), Marleny Orjuela.

La activista advirtió de que las familias quieren que los rehenes de las FARC vuelvan con vida, en una clara alusión a los asesinatos, el pasado 26 de noviembre, de otros cuatro secuestrados: los policías Édgar Yesid Duarte, Elkin Hernández y Álvaro Moreno y el militar José Libio Martínez.

A ellos "también los esperábamos vivos, pero la terquedad y el orgullo militar y político del Gobierno y de las FARC no lo quisieron", se lamentó la activista.

Ahora, dijo, "vuelven a renacer las esperanzas" de recibir con vida a estos últimos rehenes, que hacen parte de un grupo mayor de más de medio centenar de uniformados, políticos y extranjeros que las FARC pretendieron intercambiar por medio centenar de rebeldes presos, algunos en Estados Unidos, y la mitad de los cuales murieron a manos rebeldes.

En el mismo mensaje, las FARC recordaron que se comprometieron con las liberaciones ante la excongresista Piedad Córdoba, cabeza del colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), y otras líderes latinoamericanas del grupo Mujeres del Mundo Gestoras por la Paz, como la nobel de Paz guatemalteca Rigoberta Menchú, la senadora uruguaya Lucía Topolanski o la escritora mexicana Elena Poniatowska.

Los "prisioneros de guerra en nuestro poder (...) serán entregados a ellas tan pronto como se acuerden los protocolos necesarios", prometieron las FARC.

Además de alentador, Orjuela y otras voces implicadas en procesos de búsqueda una salida negociada al conflicto interno, de casi medio siglo, interpretaron el mensaje como un gesto de paz.

Con él "crece también la esperanza de la paz en Colombia", consideró la presidenta de Asfamipaz, para quien los insurgentes deben completarlo con la puesta en libertad de todos los uniformados y civiles que tienen en cautiverio.

El parlamentario izquierdista Iván Cepeda declaró que "el Gobierno del presidente Santos ha pedido a las FARC gestos concretos de paz, y aquí está uno de ellos".

"Es un gesto que debe ser valorado, que debe ser puesto en la lógica de busca de una salida definitiva al conflicto armado colombiano", consideró Cepeda.