El expresidente egipcio Hosni Mubarak regresó ayer al banquillo de los acusados tras la suspensión durante dos meses del juicio por su supuesta implicación en la matanza de manifestantes, después de que la Justicia rechazara la recusación del presidente del tribunal.

Como en ocasiones anteriores, Mubarak acudió a la sesión, celebrada en una sala habilitada de la Academia de Policía de El Cairo, en camilla y vestido de azul oscuro.

La televisión egipcia mostró imágenes del exmandatario, sin enseñar su rostro, en los exteriores del tribunal penal y del helicóptero que lo trasladó desde el hospital militar donde está ingresado, situado en la carretera que une la capital con Ismailiya, junto al canal de Suez, y ha asistido a todas las sesiones.