El presidente francés, Nicolas Sarkozy, abandonará la vida política si pierde las elecciones presidenciales de la próxima primavera, según reconoció en una conversación con un grupo reducido de periodistas en la Guayana francesa. "De todas formas dejaré la política. Si pierdo, de forma inmediata; si gano, en cinco años", aseguró.

Se trata de la primera vez que el jefe del Estado reconoce implícitamente que concurrirá a los comicios de abril-mayo y también que los puede perder.

La conversación tuvo lugar el pasado fin de semana en la Guayana francesa, donde el presidente acudió a pronunciar su discurso de año nuevo, pero no fue desvelada hasta ayer por los medios.

"En todo caso estoy en el final. Por primera vez en mi vida, afronto el final de mi carrera", dijo el jefe del Estado, que cumplirá 57 años en mayo.

Aunque oficialmente no es candidato, el presidente está multiplicando las críticas al discurso de su principal rival, el socialista François Hollande, que lo aventaja en los sondeos, lo que hace pensar que se lanzará a la carrera.

Fuentes de su partido, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), aseguran que Sarkozy está retrasando la fecha del anuncio porque se concentra en el trabajo para superar la crisis económica.

La lucidez gala

El propio Sarkozy lo reconoció en la Guayana francesa, donde afirmó que "los franceses se han dado cuenta de la amplitud de la crisis a mediados de octubre y por eso entrarán muy tarde en la campaña".

"Os va a sorprender la lucidez de los franceses", dijo el presidente a los periodistas.

Sarkozy aseguró que conserva todas las opciones de vencer y recordó que en el pasado el favorito de los sondeos a tres meses de los comicios no se ha impuesto.

El diario Le Monde cita al exministro del Interior, Brice Hortefeux, fiel escudero del presidente, quien afirma que Sarkozy se refiere con frecuencia al final de su carrera.

"Se imagina su vida después de la política como algo más agradable. No más interesante, pero sí más agradable", asegura Hortefeux, junto a quien inició su carrera política en el Ayuntamiento de Neuilly-sur-Seine, ciudad residencial de alto nivel económico a las afueras de Pa-rís.

En la conversación con los periodistas, Sarkozy descartó proseguir la vida política, por ejemplo, al frente de la UMP, como le proponía Hortefeux.