El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, seguirá defendiendo los intereses sociales y laborales de los españoles que trabajan en Gibraltar, después de que esta semana advirtiese de que dejará de colaborar con la colonia si no hay avances en materia de soberanía.

Exteriores ha dicho "entender perfectamente la preocupación" expresada por los colectivos de empleados españoles en el Peñón después de que García-Margallo anunciara su disposición a dar un giro radical a la política hacia Gibraltar, han informado fuentes de este departamento.

Según Exteriores, este colectivo, que está compuesto por cerca de 4.000 personas, "sigue siendo una prioridad para el Gobierno".

No obstante, ha reiterado que "cualquier esquema de cooperación" con el Reino Unido y Gibraltar debe incluir a las autoridades de la comarca vecina del Campo de Gibraltar y a la Junta de Andalucía y no debe mezclar los asuntos de soberanía y jurisdicción de las aguas.

El Foro de Diálogo que puso en marcha el anterior Gobierno socialista en 2004 para llegar a acuerdos en beneficio de la población de un lado y otro de la Verja estaba conformado por representantes de España Gibraltar y el Reino Unido, sin presencia de autoridades gaditanas ni andaluzas.

Exteriores va a trasladar al Gobierno británico su voluntad de entablar una cooperación regional sobre una "gran variedad de aspectos, entre los que figuran los derechos sociales y laborales e los españoles", según las fuentes.

Entre las demandas que vienen reclamando las asociaciones de trabajadores españoles en el Peñón están la mejora de las prestaciones, especialmente en pensiones por jubilación, maternidad, enfermedad y accidente.

El departamento que dirige García-Margallo ha hecho hincapié en que en cualquier marco de colaboración, no deben mezclarse cuestiones sobre la soberanía de la colonia, al considerar que esta negociación, interrumpida en 2002, debe abordarse de forma bilateral entre España y Gibraltar.

El titular de Exteriores rechazó el pasado martes "hablar permanentemente de cooperación sin avanzar en el tema fundamental de la soberanía".

"Esta broma se ha terminado. La política sobre Gibraltar la vamos a cambiar", zanjó García-Margallo reproduciendo la conversación mantenida un día antes con su colega británico, William Hague, en Bruselas.