El primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani, pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que apoye el plan de transición para Siria presentado por la Liga Árabe y que actúe para detener "la máquina de matar" del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

"La realidad sobre el terreno demuestra que el baño de sangre no se ha detenido, que la máquina de matar está todavía en marcha y que la violencia se extiende", dijo el dirigente catarí al Consejo de Seguridad, que negocia una resolución que pide a Al Asad que abandone el poder y se forme un gobierno de unidad nacional en Siria.

El diplomático árabe lamentó que todos los esfuerzos de la Liga Árabe por detener la violencia hayan sido "inútiles" hasta ahora porque "las autoridades sirias no han hecho ningún esfuerzo por cooperar" con la organización, sino que "su única solución ha sido la de matar a su propio pueblo".

"Venimos a pedir al Consejo que apoye este plan presentado por la Liga Árabe. Las esperanzas del pueblo sirio están en sus manos", dijo Hamad bin Jassim al Thani, quien pidió al máximo órgano de decisión de la ONU que "adopte una posición positiva al apoyar la postura árabe" en esta crisis.

El jeque catarí apostó por la adopción del proyecto presentado la semana pasada por Marruecos junto a europeos y estadounidenses, al afirmar que, de no ser así, "se enviaría el mensaje equivocado a Siria: se le animaría a seguir adelante con la represión contra su pueblo". Exhortó, además, al Consejo a apoyar "todas las medidas adoptadas en la resoluciones de la Liga Árabe, sobre todo en lo referente en las sanciones económicas y prohibiciones de viaje".

"No pedimos una intervención militar, sino que abogamos por la presión económica para que el régimen sirio se dé cuenta de que debe cumplir con las peticiones de su pueblo. No pedimos tampoco un cambio de régimen, eso lo debe decidir el pueblo sirio", añadió el dirigente catarí, quien alertó de que la continuidad de esa crisis supone "una amenaza para toda la región".

El jeque catarí fue el primero en hablar ayer en una reunión del Consejo de Seguridad en la que estaba también el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, así como la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y los ministros de Exteriores de Francia, Alain Juppé, y Reino Unido, William Hague, entre otros.

Una treintena de muertos por la represión del régimen

Al menos 30 personas, entre ellas dos menores, fallecieron ayer en Siria en varias acciones de represión de las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, según los opositores Comités de Coordinación Local (CCL). El grupo opositor informó en un comunicado de la muerte de 14 personas en la provincia septentrional de Idleb, diez en la central de Homs, tres en los alrededores de Damasco, dos en la meridional de Deraa y una en la capital.

Estos nuevos ataques contra los civiles coinciden con un amplio despliegue de seguridad en las afueras de Damasco, después de que las fuerzas leales al régimen recuperaran el control de esta zona. La ofensiva más sangrienta se centró en la provincia de Idleb, uno de los principales feudos opositores, donde estallaron violentos enfrentamientos entre las tropas y el Ejército Libre Sirio.