La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abogó ayer por una asociación "estratégica y duradera" con Cuba y se comprometió con su desarrollo económico, mientras que evitó referirse a los derechos humanos en la isla y pidió enfocar ese asunto desde una "perspectiva multilateral".

En su primera visita a la isla, Rousseff se reunió ayer con su homólogo Raúl Castro para analizar una relación bilateral marcada por destacados proyectos económicos como la ampliación del puerto de Mariel, una infraestructura estratégica donde la inversión rondará los 900 millones de dólares, de los que 640 millones los aporta Brasil.

"La gran contribución que podemos dar a aquí en Cuba es ayudar a desarrollar todo el proceso económico", dijo Rousseff a periodistas en referencia al plan de reformas económicas emprendido por el general Castro para superar la grave crisis que arrastra la isla desde hace décadas.

La presidenta brasileña abogó por establecer una asociación "estratégica y duradera" con Cuba, en unas declaraciones en las que evitó comentar la situación de los derechos humanos en este país, un tema que planeó en los últimos días en torno a su visita.

Dilma Rousseff es partidaria de hablar de los derechos humanos pero "en todo el mundo", incluido Brasil y sin olvidar a Estados Unidos y la base de Guantánamo, al tiempo que reclamó un enfoque "multilateral" de la cuestión.

"El mundo necesita comprometerse en general, y no es posible hacer de la política de los derechos humanos solo un arma de combate político ideológico, el mundo necesita convencerse de que todos los países del mundo deben responsabilizarse, inclusive el nuestro", sostuvo.

La visita de Dilma Rousseff llegó precedida de un "mar de fondo" agitado en los últimos días con la muerte en Cuba del preso político Wilman Villar, que según la disidencia falleció por una huelga de hambre iniciada en la cárcel, y también por el visado que Brasil concedió a la bloguera Yoani Sánchez para viajar al país sudamericano.

Sobre este último tema, la presidenta brasileña se limitó a comentar que "Brasil dio su visado para la bloguera, pero los demás pasos no son de la competencia del Gobierno brasileño".

Para salir de Cuba, la crítica autora del blog "Generación Y" necesita que el Gobierno de La Habana le conceda un permiso de salida conocido eufemísticamente como "tarjeta blanca" que las autoridades cubanas le han denegado en numerosas ocasiones.