Al menos 388 personas resultaron heridas ayer en el centro de El Cairo en los enfrentamientos registrados entre hinchas del equipo Al Ahly y miembros de las fuerzas de seguridad, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. El subsecretario de este departamento, Hisham Shiha, explicó que 266 personas fueron atendidas en el lugar de los choques, mientras que 122 heridos fueron ingresados en hospitales.

La situación de los heridos es estable, según las declaraciones a la televisión estatal egipcia de Shiha, que apuntó que 45 ambulancias participaron en el traslado y atención a las víctimas en los alrededores de la plaza Tahrir.

En esa zona se instalaron también varios hospitales de campaña. En uno de ellos, el médico Mahmud Saad explicó que atendieron a cientos de personas y que era imposible disponer de cifras exactas porque hay varios centros médicos.

Saad dijo que los heridos presentaban síntomas de asfixia por los gases lacrimógenos, así como lesiones por el impacto de las balas de goma. El doctor, miembro de la Asociación de Médicos de Tahrir, indicó que la mayoría de las personas atendidas eran hombres jóvenes, aunque también se presentaron mujeres y adultos.

Este grupo de médicos, muy activos desde la revolución, ha levantado dos hospitales de campaña en la plaza, en los que trabajan 40 doctores y decenas de voluntarios.

Los enfrentamientos estuvieron motivados por las acusaciones de que las fuerzas de seguridad consintieron la masacre del estadio de Port Said, en la que murieron el miércoles más de 70 personas por los choques entre "ultras" de Al Ahly y Al Masry, el equipo local.

En las calles que conectan la plaza Tahrir con el Ministerio del Interior, la Policía disparó gases lacrimógenos para tratar de dispersar a la multitud, mientras los manifestantes les lanzaron piedras.

Esta zona ya vivió en noviembre y diciembre pasado violentos disturbios en protestas contra la Junta Militar, lo que llevó a las autoridades a construir muros de cemento para aislar la citada sede gubernamental.

Por su parte, el Ministerio del Interior pidió en un comunicado a los ciudadanos que no sigan los "llamamientos maliciosos" que "pretenden propagar el caos y la inestabilidad". La nota indicaba que los manifestantes saltaron los muros de cemento para intentar llegar al ministerio, que está protegido por las fuerzas de seguridad.