El titular británico de Defensa, Philip Hammond, defendió hoy que la presencia del príncipe Guillermo en las Malvinas no debe provocar ningún aumento de la tensión, pues participa en un despliegue militar rutinario.

"Él sirve en la fuerza aérea y está en un turno normal", recalcó Hammond a su llegada a una reunión en Bruselas con sus homólogos de la OTAN.

El ministro recordó que todo el personal naval y aéreo de las fuerzas armadas del Reino Unido debe participar en esos turnos y que, por tanto, la presencia del nieto de la reina Isabel II es "rutinario".

Hammond aseguró que su misión es de carácter "humanitario", a bordo de un helicóptero utilizado para labores de rescate.

El joven, de 29 años, segundo en la línea de sucesión al trono británico, viajó esta semana a las Malvinas a bordo de un avión de la Real Fuerza Aérea (RAF) para incorporarse a su puesto.

La presencia de Guillermo es vista por Argentina como un acto de provocación, ya que se produce meses antes de cumplirse los 30 años de la guerra de las Malvinas, que empezó después de que los militares argentinos ocuparan las islas el 2 de abril de 1982 y terminó el 14 de junio de ese año con la rendición argentina.

El Reino Unido anunció además esta semana que enviará en los próximos meses a las Malvinas uno de sus buques de guerra más modernos, el destructor "HMS Dauntless", Tipo 45, si bien ha dejado claro que el despliegue estaba planificado desde hace un año.

Pese a todo, el envío del buque -equipado con misiles antiaéreos de alta tecnología Sea Viper- coincide con la "subida de tono" de la retórica de Londres y Buenos Aires por la soberanía de las islas, reclamadas por Argentina desde enero de 1833.

Las relaciones angloargentinas atraviesan por un momento de fuerte tensión, especialmente desde que varios países latinoamericanos decidieron bloquear la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las islas del Atlántico Sur.

En una cumbre celebrada el pasado diciembre en Montevideo, los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- acordaron impedir el acceso de estos buques.

Recientemente, el primer ministro británico, David Cameron, informó al Parlamento de que había convocado al Consejo Nacional de Seguridad de su país para tratar la situación en el Atlántico Sur y acusó a Argentina de "colonialismo" por reclamar la soberanía.

En respuesta a esta afirmación, el Gobierno argentino consideró "ofensiva" la declaración de Cameron, quien insiste en respetar la voluntad de los isleños de mantener la soberanía británica.